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Una breve reseña de las Escrituras nos muestra que Dios verdaderamente mira al corazón (1 Samuel 16: 7) para determinar la obediencia de una persona a Dios, su receptividad hacia Dios y su amor por Dios. Dios conoce el corazón y todos los pensamientos del corazón serán descubiertos (Hechos 15: 8). ¡Qué alegría es saber que en nuestro corazón se puede hacer música! (Colosenses 3:16). ¿Con qué frecuencia vemos la frase en el Antiguo Testamento, con todo tu corazón (ver el Gran Mandamiento en Deuteronomio 6: 5, Mateo 22:37) para hablar de una devoción que no está divida hacía Dios? Jesús les dice a sus discípulos que las cosas malas no pueden entrar en el hombre, sino que las cosas malas salen del corazón del hombre (Mateo 12:34, 15:19).

(SALMOS 126-5-6) iii. Esta ilustración pone una conexión entre las lágrimas y la alegría. Queremos cosechar la alegría sin siquiera haber sembrado las lágrimas. iv. Algunos labradores empapan sus semillas antes de sembrarlas. Está bien cuando los labradores Cristianos empapan sus lecciones y discursos con sus oraciones y lágrimas. No es suficiente el sembrar; podríamos hacer eso extravagante y constantemente, pero debemos de añadir pasión, emoción, una tierna simpatía, ...y clamores y lágrimas apasionantes. v. Él echa una semilla y una lágrima, y así va por el camino. En su canasta él tiene semillas las cuales son preciosas para él, pues tiene pocas de ellas, y es su esperanza para el siguiente año. Cada grano deja su mano con una ansiosa oración de que no se pierda: él no piensa tanto en sí mismo, pero mucho en su semilla, y él con ansias pregunta, ‘¿Prosperará? ¿Recibiré una recompensa por mi labor?’ Si, buen labrador, sin duda que rejuntaras gavillas de tu siembra.