Aprende a rezar el Rosario paso a paso
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¡RECEMOS EL SANTO ROSARIO!
LAS QUINCE PROMESAS DE LA VIRGEN MARÍA A QUIENES RECEN EL ROSARIO 1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. 2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.... 3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías. 4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!. 5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá. 6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna. 7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia. 8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados. 9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario. 10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular. 11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente. 12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario. 13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo. 14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.
MARAVILLAS DEL ROSARIO Envidioso el demonio de los grandes frutos que el Beato Tomás de San Juan célebre predicador del Santo Rosario- lograba con esta práctica, lo redujo con duros tratos a una larga y penosa enfermedad en la que fue desahuciado por los médicos. Una noche, creyéndose a punto de morir, se le apareció el demonio, bajo una espantosa figura. Pero él levantó los ojos y el corazón hacia una imagen de la Santísima Virgen que se hallaba cerca de su lecho y gritó con... todas sus fuerzas: ¡Ayúdame! ¡Socórreme! ¡Dulcísima Madre mía!. Tan pronto como pronunció estas palabras, la imagen de la Santísima Virgen le tendió la mano y agarrándole por el brazo le dijo: ¡No tengas miedo, Tomás, hijo mío! ¡Aquí estoy para ayudarte! Levántate y sigue predicando la devoción de mi Rosario, como habías empezado a hacerlo. ¡Yo te defenderé contra todos tus enemigos! A estas palabras de la Santísima Virgen huyó el demonio. El enfermo se levantó perfectamente curado, dio gracias a su bondadosa Madre con abundantes lágrimas y continuó predicando el Rosario con éxito maravilloso. San Luis María Grignion de Montfort 'El Secreto Admirable del Santísimo Rosario', octava rosa
El poder del rezo diario del Santo Rosario en Hiroshima y Nagasaki
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