Psicologo Francisco Lugo

Buscamos el amor que le pruebe a nuestra soledad que no tenía razón, un amor que haga desaparecer nuestros miedos y que perdone nuestros pasados errores. La nueva relación nos prueba a nosotros mismo que merecemos esa compañía, y, en consecuencia, se vuelve el centro de nuestra vida; nos ofrece ese solaz que no encontramos en otro sitio y volvemos a ella hasta que la.necesitamos más y más para sobrellevar cada día de nuestra existencia. Estamos en problemas: la.intensidad de nuestra atracción, en lugar de ser una prueba de amor, pasa a ser la prueba del grado de soledad que teníamos.

La comunicación se trata de conexión.

La propuesta es recorrer en sentido inverso esos senderos dolorosos y comprendernos, entender nuestras limitaciones y aceptarnos falibles. Aceptar que las cosas no fueron como nos hubiera gustado, aceptar nuestro papel dentro de los hechos, reconocer nuestra parte de responsabilidad pero sin enjuiciar. Abrirnos a nuestra decepción, o al vacío, tal vez nos conduzca a los miedos e historias primitivas del pasado, los cuales se interpondrá en el camino. Pero esto nos brinda la... oportunidad de contemplar al niño herido que hay en nosotros, aquel niño que se muere por reconocimiento... el que quiere que los demás estén ahí cuando los necesite... el.que imagina que su dolor es mayor de lo que es y que será destruido si se abre a él. Damos espacio al pánico y a la desesperación que nunca nos permitimos sentir cuando éramos niños, o no tan niños, y entonces comprobamos que no somos aplastados por ellos. Al abrirnos a nuestra tristeza aparece la ternura y nuestro vacío se trasnformar en un espacio abierto donde podemos crecer. Así nos rencontrarmos, así nos preparamos para rencontrar el amor.