Edwin G. Paz

Quiero compartirles este pequeño poemario titulado: "Espejismo", que escribí hace unos ayeres en el 2019. Consta de 21 poemas y es de lectura simple y accesible. Si pueden y quieren... compártanlo, dedíquenlo y hagamos poco a poco de la poesía independiente más colectiva https://drive.google.com//1NTZ8WNWrGE1QZF3RZdx6SQKJV/view

¡Ay Puebla, amo tu pulque! De agua color agata, de cristal opaco, de marmol, de las piedras blancas del rio, denso y claro como la laguna, terso beso, como petalo en los labios, de rosa blanca, de clavel, ... puro como jade. Calmado como nube. En jicara y caracola vistes, que hace saltar en el oido al pasado y a la madre tierra: Rugido nativo de Malinche, de Canoa estas cenido. Oasis en el desierto, brotas manantial, agua clara, la fauna bebe de ti. Pintura silvestre, de bayas colores, coloreas mi dolor e irradio ebrio de alegria. Amoríos tienes con el aguamiel. Traslúcido, estalactita, lleno de ecos y amor frutal, que endulza tu corazón líquido: curado del mundo. Lleno de vida como la espuma del mar, rico como el verso en la hoja discreta y blanca. Servido en la concha terrestre del maguey. Ahi se halla el pulque, bebida de deidad. ~Edwin G. Paz~

Por las calles voy encendido de amor después de verte...Por las calles voy encendido de amor después de verte...

Poema con historia. IV La noche nos miraba,... cupido nos flechaba, y tu y yo nos convenciamos cada vez mas de que esto era real. El cielo y sus miles de ojos esperaban por un beso nuestro, la fuente de la plaza lloraba porque nuestras manos no se unian en su fria y humeda piedra, mientras el eco de la oscuridad acogia nuestras voces. Los faroles que iluminaban los coloniales pero romanticos callejones, emitian un amarillo, un amarillo magico, que de si, transmitian perpetuidad, trascendiendolo posiblemente para la posteridad: nuestra posteridad. La musica que emanaba del violinista callejero, no hizo mas que aumentar mi amor por ti, pues al compas del violin de Vivaldi yo no dejaba de mirarte, y solo darme cuenta, de que todo ese alucinante momento en mi vida, no era mas hermoso que tu riendo, pues nada superaba esa belleza que irradiabas al solo suspirar. El tiempo rabiaba porque lo utilizabas para no dejarte llevar como hoja en el viento, pero descuida, te quiero reservada, te quiero callada, te quiero de vez en cuando ocurrente, te quiero furiosa, te quiero en tus caprichos, te quiero indiferente al mundo exterior, pero mas que nada, te quiero para mi, y solo para mi. La noche nos miraba, miraba dos complices del deseo, todo lo que en si englobaba el momento, esperaba por nosotros, pero... ¿que mas bello que una buena charla a tu lado? La existencia entera sucumbe ante nosotros como perro echado a los pies. La noche esperaba por nosotros... y seguira esperando, pues este amor apenas nace. La noche esperara, pues siempre ha estado alli, esperara hasta que caigamos en la cuenta, de que tu y yo somos el uno para el otro. Foto: Marco Cuecuecha