Nora Maribel Consultora Mary Kay

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Nora Maribel Consultora Mary Kay 24.11.2022

Si hubiera Mary Kay para hombres Crecí en una familia de clase media y de padres muy trabajadores en Guadalajara, Jalisco. Soy el menor de 3. Tuve una infanc...ia feliz rodeado de mucho amor de mis padres y hermanos. Poco sabíamos que nuestra familia iba a ser transformada por completo en diciembre de 1988. Y es que fue en ese mes cuando Dios puso a Mary Kay en el camino de mi mamá. Ya nada sería lo mismo. Mi mamá, María de los Ángeles D Acosta, no estaba buscando un trabajo. Mi papá proveía muy bien a mi familia. Mi mamá lo que estaba buscando era ayudar a los demás a ser mejores personas y trascender a través de ello. Sí, las oportunidades de mejora económica, los premios, reconocimientos, viajes, etc., que ofrece Mary Kay sonaban bastante atractivos, sin embargo, lo que más le gustó de Mary Kay a mi mamá fue la oportunidad de ayudar a otras mujeres a realizarse y trascender en el mundo, y que éstas a su vez ayudarán a más y más creando un circulo virtuoso. Y lo mejor de todo, sin que esas mujeres tuvieran que descuidar a su familia; podían tener todo el tiempo del mundo para sus maridos e hijos y además, colaborar económicamente. Mi mamá puso manos a la obra y se dedicó de lleno al proyecto Mary Kay, los resultados fueron inmediatos. Nuestra vida cambió por completo en un lapso de tiempo bastante corto. Se nos abrieron oportunidades que en otras circunstancias o en otras compañías no hubieran existido, y lo mejor de todo es, que a las mujeres a las que mi mamá transmitía ese sueño se veían igualmente beneficiadas. Quiero recalcar que para ella no fue fácil, implicó mucho trabajo y esfuerzo, mismos que se vieron extraordinariamente remunerados por esta maravillosa compañía. Si hubiera Mary Kay para hombres pensaba yo desde mis cortos 9 años, a mí me encantaría trabajar en esa compañía y ayudar a los demás como lo hace mi mamá. Era emocionante como llegaban los pedidos a la casa, le pedía a mi mamá que me dejara abrir la caja y yo le ayudaba a organizar todo: los básicos del cuidado de la piel, las lociones para caballero, los diferentes tonos de labiales y sombras. Recuerdo que emoción sentí cuando mi mamá me regaló mi primera loción para caballero llamada Quattro, me la ponía todos los días, aunque fuera en 5to. de primaria. El negocio fue creciendo y mi familia se convirtió en un equipo donde cada uno hacía su parte para ayudar a mi mamá a seguir creciendo en esa misión de ayudar a otras mujeres. Mi papá tuvo un retiro temprano gracias a Mary Kay y se dedicó a ayudar de lleno a mi mamá. Mientras tanto, mis hermanos y yo crecíamos en un ambiente con las mejores oportunidades académicas, pero, sobre todo, rodeados de mucho amor y del mejor ejemplo de trabajo incansable por parte de mis padres. Yo, por mi parte, tuve la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, irme de intercambio a Canadá y pasar veranos enteros en otros países. Ella, por su parte, no se conformaba con ayudar a otras mujeres a través de su carrera Mary Kay. Ayudaba también a muchas causas religiosas y sociales en las que creyó. Y a la par de eso, iba rompiendo todos los récords de ventas de la compañía en México, todo de la mano de los 3 valores fundamentales de Mary Kay: primero Dios, segundo familia y tercero trabajo. A pesar de todos los logros que tuvo, siempre fue un ejemplo de humildad y sobriedad para los demás y puso sus talentos al servicio de Dios. Terminé mi carrera en Negocios Internacionales, la disfruté mucho, sin embargo, era 2001 y el mundo estaba en una crisis global laboral. Me costó mucho trabajo encontrar un buen empleo. Si hubiera Mary Kay para hombres pensaba ya podría yo iniciar mi propio negocio y tener mi propio empleo. Trabajé durante 4 años en una buena compañía, sin embargo, no era lo mío y seguía yo con muchos deseos de independencia. Decidí renunciar y fundar mi propia empresa, Servichef. Mis padres me ayudaron a arrancarlo con el capital inicial, fruto de su trabajo en Mary Kay. No fue un inicio sencillo, arranqué mi negocio al mismo tiempo que me casé y a los 10 meses llegó nuestro primer hijo, sin embargo, nunca me he desanimado por las adversidades y más temprano que tarde mi negocio empezó a tener buenos resultados, los que me han permitido darle una buena vida a mi familia y mucho tiempo para ellos. Sin embargo, faltaba algo más, sentía que tenía la obligación y vocación de ayudar a los demás más allá de mi empresa. Gracias al impulso de mi esposa, ingresé al IPADE en el 2017 a estudiar el D-1, un extraordinario programa de perfeccionamiento directivo que enfocó mi visión de los negocios y la vida basada en el factor humano; ayudar a los demás, en otras palabras. Terminé el IPADE y gracias a esa visión que nos transmitieron, casi de inmediato me involucré con COPARMEX para ayudar a los emprendedores de Jalisco a arrancar y mantener con éxito sus negocios como yo lo había hecho. No satisfecho con esto, en enero del 2020 inicié mis estudios de doctorado en administración con el fin de potenciar a mi empresa a través del conocimiento científico. Llega marzo 2020 y la pandemia. Inicia una época de incertidumbre económica, social y yo diría que hasta existencial para muchos. He logrado mantener mi negocio en pie gracias a Dios. Sin embargo, he visto mucho sufrimiento e impotencia en mucha gente que desafortunadamente se ha quedado sin empleo. Todavía hasta hace aproximadamente 1 mes platicaba con mi esposa, Si hubiera Mary Kay para hombres le decía, A cuanta gente podría ayudar en este momento. Y Dios, como siempre, tiene sus planes para nosotros, y tenía uno muy especial para mi en puerta. Me llegó una publicación en Facebook. A partir del 1 de Julio del 2020, Mary Kay abre sus puertas a los hombres. Hace seis meses pensé. No lo podía creer, pero era cierto. Y sin pensarlo por demasiado tiempo me inicié en mi carrera. Víví el mundo Mary Kay por 17 años. Me parece que aún sigo viviendo los frutos de ese mundo. Sí, el que entre otras cosas nos permitió acortar distancias con nuestra familia en Brasil y Alemania, porque esa distancia nunca fue obstáculo para encuentros regulares todos los años. Gracias a Mary Kay, fui testigo de que mis papás conocieran 40 países alrededor del mundo, de los trofeos sobre ruedas o carros rosas, y muchos otros reconomicimientos más, y lo más importante, de que tuvieran la oportunidad de ayudar a más de 20,000 mujeres en todo México a desarrollar sus propios negocios y tener solvencia económica. He decidido seguir el camino Mary Kay. Es un camino que me permitirá seguir con mi empresa, mis estudios de Doctorado y demás ocupaciones. Es un camino que me permitirá seguir al lado de mi esposa e hijos, viéndolos crecer y desarrollarse. Pero más que un camino, es un llamado, una misión. Me siento llamado a ayudar a la mayor cantidad de personas posibles, hombres y mujeres a que logren una independencia y solvencia económica. De la mano del ejemplo de mi mamá, me siento llamado a continuar ese legado que dejó a tantas personas en México. Dios lo puso en mi camino, como 32 años antes lo hizo con mi mamá. Te invito a que conozcas este sueño y vivas el mundo Mary Kay. Como alguien que creció en él, te puedo asegurar que no te arrepentirás. Búscame, yo te puedo ayudar a realizar tus sueños. Como decía la Sra. Mary Kay Ash: ¡Sueña en grande y cosas grandes sucederán!