1. Home /
  2. Medicina y salud /
  3. Consultorio Psicoterapeutico

Etiquetas / Categorías / Temas



Consultorio Psicoterapeutico 23.11.2022

Nuestro cuerpo es reflejo de nuestra historia... Que absurdo es pretender borrar esas huellas, tal vez es la ilusión de no ser tan distintos a los otros. ¿Cómo ...aprendemos a apreciar la belleza de la particularidad de nuestro ser, que es también un tener... sea una cicatriz o nuestra complexión?, ¿Cómo explicar nuestro rol dentro del contexto? Este árbol cuenta su historia, también abraza las historias de otros en él, pero su relevancia hacia mi historia se marca hoy, en este instante mientras pienso, lo miro y quisiera conservar la belleza de sus intrincadas formas a través de la fotografía... See more

Consultorio Psicoterapeutico 23.11.2022

Recibiendo el otoño!

Consultorio Psicoterapeutico 22.11.2022

Gracias Margarita Tarragona!

Consultorio Psicoterapeutico 22.11.2022

El espacio que acompaña los encuentros... bienvenidos!

Consultorio Psicoterapeutico 22.11.2022

El espacio que acompaña los encuentros... bienvenidos!

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

Fragmentos de la vida en Azucena Cuando nació Azucena, abuelos, tíos, primos y padres quedaron maravillados. Era la bebé más bella de la familia. Esto no camb...ió mucho mientras crecía, sin embargo para Azucena lo más intrigante se encontraba en los patios de las casas. Ella no pasaba casi nada de tiempo (por ni decir, nunca) frente a un espejo. Esperaba los fines de semana con ansias, para ante las primeras luces del sol salir a explorar el patio de casa. Era una aventura encontrarse con un hongo que la semana anterior no estaba, o coleccionar todos los tonos de las hojas que los árboles habían tirado. Le encantaba ver los colores, las formas, las hojas que parecían taquitos, en fin, podía pasar muchas horas observando y coleccionando estas verdaderas bellezas. Al crecer, su relación con la naturaleza se fue apagando, conservaba el asombro por mirar las formas intrincadas de los troncos de un árbol, la variedad de plantas que ahora conocía. Sin embargo, eran pequeños destellos de aquella niña que miraba, tocaba y disfrutaba estar en medio de la naturaleza. Lo cierto es, que aún en sus tiempos más ocupados, llenos de pendientes o inclusive de cansancio, el encontrarse con una variedad de texturas en los troncos, observar el movimiento de las hojas con el viento, era como si se llenara de vida de nuevo. Por muchos años, Azucena no entendía porque su familia lamentaba cómo había crecido, cómo había cambiado su cuerpo. Era un reclamo silencioso sobre la manera en la que ella al estar distraída por otras cosas, había permitido perder su belleza. Si, Azucena creció con sobrepeso y hasta el día de hoy lo conserva. Con el tiempo, Azucena empezó a creer que sí había sido ingrata con ese don, que no cuidar su aspecto personal había sido un error importante en su vida. En el colegio, durante la prepa parecía tan importante este tema. La mayoría de las conversaciones con sus amigos giraban en torno a cómo se veían, que colores estaban de moda, quiénes eran las personas más atractivas de la generación. Pocos estaban interesados (al menos abiertamente) en platicar de otras cosas, como la situación económica del país, el dilema de la eutanasia desde el punto de vista médico sin considerar al paciente mucho menos probable, hablar de cómo era absurdo estudiar los conceptos de verano, otoño e invierno, cuando nuestro contexto poco coincidía con las imágenes y referencias de los libros. Quienes temerariamente hablaban de esto o lo introducían en forma de bromas, metáforas o chistes, eran vistos como inadaptados, personas raras. Fueron tiempos complicados para ser alguien que no se sentía emocionado de que hubiera salido un nuevo color de uñas. Azucena estuvo rondando los mares de la desaprobación a sí misma, la duda de si debía definirse fuera de sí para poder estar en el mundo. La alienación del ser para pertenecer. Tuvieron que pasar muchos años, muchas conversaciones para que Azucena reconociera que al abandonarse, también había abandonado la oportunidad de ofrecer al mundo otro punto de vista, su particular manera de gozar la naturaleza. Aquella belleza estandarizada de Azucena, ahora era más clara en su sonrisa y su mirada, pero no porque cumpliera con un patrón, sino porque permitía que se filtrara esa pasión por lo vivo, lo que respira y existe en una diversidad, que requiere relaciones, inclusive simbióticas, pero que logra un equilibrio hermoso, la naturaleza. Que rica y basta era la existencia de Azucena cuando recordaba cuidar este vínculo que desde niña sintió hacia los árboles, las plantas, los frutos, etc. En la vida, tenemos el reto de aprender a equilibrar nuestra mirada hacia los otros y hacia nosotros. No basta con estar en un lugar, se requiere tener el valor de estar con voz, acción, perspectiva, con el reto continuo de crecer en la conocimiento de uno mismo, conscientes de que gracias a la diversidad; no se trata de elegir una cosa u otra, sino tener el regalo de coexistir. MariCarmen Vadillo

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

En el transcurrir del cotidiano corremos el riesgo de volvernos extraños hacia nosotros mismos... Es ese instante delicado en el que ya no te reconoces, el que ...nos permite caer en cuenta de que seguimos vivos y decidimos dar una bocanada grande de novedad o empezar a morir aferrándonos a lo que fuimos. See more

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

Fragmentos de la vida en Azucena Cuando nació Azucena, abuelos, tíos, primos y padres quedaron maravillados. Era la bebé más bella de la familia. Esto no camb...ió mucho mientras crecía, sin embargo para Azucena lo más intrigante se encontraba en los patios de las casas. Ella no pasaba casi nada de tiempo (por ni decir, nunca) frente a un espejo. Esperaba los fines de semana con ansias, para ante las primeras luces del sol salir a explorar el patio de casa. Era una aventura encontrarse con un hongo que la semana anterior no estaba, o coleccionar todos los tonos de las hojas que los árboles habían tirado. Le encantaba ver los colores, las formas, las hojas que parecían taquitos, en fin, podía pasar muchas horas observando y coleccionando estas verdaderas bellezas. Al crecer, su relación con la naturaleza se fue apagando, conservaba el asombro por mirar las formas intrincadas de los troncos de un árbol, la variedad de plantas que ahora conocía. Sin embargo, eran pequeños destellos de aquella niña que miraba, tocaba y disfrutaba estar en medio de la naturaleza. Lo cierto es, que aún en sus tiempos más ocupados, llenos de pendientes o inclusive de cansancio, el encontrarse con una variedad de texturas en los troncos, observar el movimiento de las hojas con el viento, era como si se llenara de vida de nuevo. Por muchos años, Azucena no entendía porque su familia lamentaba cómo había crecido, cómo había cambiado su cuerpo. Era un reclamo silencioso sobre la manera en la que ella al estar distraída por otras cosas, había permitido perder su belleza. Si, Azucena creció con sobrepeso y hasta el día de hoy lo conserva. Con el tiempo, Azucena empezó a creer que sí había sido ingrata con ese don, que no cuidar su aspecto personal había sido un error importante en su vida. En el colegio, durante la prepa parecía tan importante este tema. La mayoría de las conversaciones con sus amigos giraban en torno a cómo se veían, que colores estaban de moda, quiénes eran las personas más atractivas de la generación. Pocos estaban interesados (al menos abiertamente) en platicar de otras cosas, como la situación económica del país, el dilema de la eutanasia desde el punto de vista médico sin considerar al paciente mucho menos probable, hablar de cómo era absurdo estudiar los conceptos de verano, otoño e invierno, cuando nuestro contexto poco coincidía con las imágenes y referencias de los libros. Quienes temerariamente hablaban de esto o lo introducían en forma de bromas, metáforas o chistes, eran vistos como inadaptados, personas raras. Fueron tiempos complicados para ser alguien que no se sentía emocionado de que hubiera salido un nuevo color de uñas. Azucena estuvo rondando los mares de la desaprobación a sí misma, la duda de si debía definirse fuera de sí para poder estar en el mundo. La alienación del ser para pertenecer. Tuvieron que pasar muchos años, muchas conversaciones para que Azucena reconociera que al abandonarse, también había abandonado la oportunidad de ofrecer al mundo otro punto de vista, su particular manera de gozar la naturaleza. Aquella belleza estandarizada de Azucena, ahora era más clara en su sonrisa y su mirada, pero no porque cumpliera con un patrón, sino porque permitía que se filtrara esa pasión por lo vivo, lo que respira y existe en una diversidad, que requiere relaciones, inclusive simbióticas, pero que logra un equilibrio hermoso, la naturaleza. Que rica y basta era la existencia de Azucena cuando recordaba cuidar este vínculo que desde niña sintió hacia los árboles, las plantas, los frutos, etc. En la vida, tenemos el reto de aprender a equilibrar nuestra mirada hacia los otros y hacia nosotros. No basta con estar en un lugar, se requiere tener el valor de estar con voz, acción, perspectiva, con el reto continuo de crecer en la conocimiento de uno mismo, conscientes de que gracias a la diversidad; no se trata de elegir una cosa u otra, sino tener el regalo de coexistir. MariCarmen Vadillo

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

Las sutiles diferencias en la vida que cuesta trabajo reconocer o comprender...

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

Nuestro cuerpo es reflejo de nuestra historia... Que absurdo es pretender borrar esas huellas, tal vez es la ilusión de no ser tan distintos a los otros. ¿Cómo ...aprendemos a apreciar la belleza de la particularidad de nuestro ser, que es también un tener... sea una cicatriz o nuestra complexión?, ¿Cómo explicar nuestro rol dentro del contexto? Este árbol cuenta su historia, también abraza las historias de otros en él, pero su relevancia hacia mi historia se marca hoy, en este instante mientras pienso, lo miro y quisiera conservar la belleza de sus intrincadas formas a través de la fotografía... See more

Consultorio Psicoterapeutico 21.11.2022

El monstruo del insomnio es caprichoso... Complejo dentro de su lenguaje cotidiano, se comporta como un sentimiento alimentándose de nuestros pensamientos... p...ero va más allá pues también se sirve de nuestras preocupaciones, historias, emociones... sólo tal vez, es uno de los señores monstruos, amigo de la seductora nostalgia y la encantadora 'tristeza gigante' (usualmente confundida con la depresión) hace que nuestro cerebro se confunda al no poderlo clasificar bien... Si sólo se alimentará del pensamiento, podríamos combatirlo de frente... Pero se alimenta de los productos del pensamiento... Es capaz de digerir pensamientos procesados (emociones complejas) ¿Cómo exigirle a nuestro cerebro que lo desenmascare?, ¿Cómo desarrollamos esas herramientas que necesitan ir más allá del reconocimiento? Lo hemos nombrado, es decir: ya le prendimos la luz, esta frente a nosotros... inclusive hasta con la distancia podemos producir un sentimiento hacia él... lo odiamos, pero es hermoso en su forma y su complejidad, ¿Cómo le pedimos a nuestro cuerpo y mente que lo respeten como aliado? cuando parece traicionarnos en todos los sentidos... no funge bajo una sola lógica... pero vamos, si lo hemos producido nosotros, que ilusos somos al quererlo simplificar. ¿Que virtudes hemos dejado de ver en él?, ¿Cómo negamos su abrumadora capacidad creativa? o ¿será que debíamos de estar aprendiendo de él? La magia de las madrugadas, con sus luces y sonidos únicos... que hermoso marco elige para manifestarse, ¿será amante del teatro?, ¿del drama? Sin duda es intenso... pero ese perfil de monstruo tal vez sólo sea un disfraz que le hemos ofrecido... ¡Aaahhhhh! ahora resulta que contribuimos en su capacidad de impactarnos. Eso suena diferente a sentir que se alimenta de nosotros, pareciera más propio decir que construye con nosotros, en fin... hoy parece un buen amigo, imperfecto, apasionado y demandante de nuestra existencia. De monstruo a amigo... Todo sirve para algo, pero nada sirve para todo... See more

Consultorio Psicoterapeutico 20.11.2022

La historia de un gorila. Harry tiene 40 años, su vello es oscuro, sin embargo cuando la luz del sol es filtrada por las nubes, su pelaje pareciera de plata. To...das la mañanas se levanta de su hamaca, suspendida en la parte más alta de dos grandes ceibas, la altura le ayuda a ser de los primeros en ver al sol. Se levanta, se truena los dedos de las 4 patas, medita por un instante si intentar peinarse y decide que ya es hora de comer algo. Camino a su trabajo, conoce un par de lugares de tacos deliciosos; incluso es muy querido por los locatarios, quienes lo esperan con ansias para ofrecerle un buen desayuno. Estar frente a 4 tacos o una torta es un instante de satisfacción, de sus momentos favoritos del día. Harry trabaja en el aparador de una tienda de cacería, así es, ¡la vida puede ser muy irónica! Él pacientemente se coloca en el aparador, lleno de armas, trajes de camuflaje, cantimploras y de más artilugios para sobrevivir a una aventura en la selva. Algunos días se para erguido, solemne, con una postura que hace parar a los transeúntes, que comienzan a sentir curiosidad por conocerlo y saber más de él. Esta postura a los dueños de la tienda no les gusta mucho, pues las personas no muestran interés por los artículos, sino exclusivamente por Harry. La verdad es que los dueños, le temen, por lo que pocas veces le dicen algo. Sin embargo, muchas veces Harry se sienta en el aparador cansado, pensativo, buscando en las personas que pasan, un reflejo, algo que lo haga sentir parte de ese mundo exterior. Curiosamente esos días pocas personas lo miran, quienes se acercan son atraídos por las armas y los diferentes accesorios dispuestos en la vitrina. Estos son los días en que los dueños celebran en silencio. Aún caminando en la calle, de regreso a casa, Harry miraba a las personas pasar, algunas incluso chocaban con él por estar distraídos en su celular, normalmente daban un pequeño brinco pues les sorprendía la altura y corpulencia de aquel gorila. ¿Qué hace uno cuando en la vida diaria cuesta trabajo identificarse con los que te rodean? Esto a Harry lo ponía triste, a pesar de que disfrutaba sus árboles, la comida que le ofrecían tan amablemente, al final, otra vez se miraba sólo, suspendido en su hamaca, esperando que un nuevo día comience. Una mañana, probablemente la más difícil que Harry vivió, en términos de decidir bajar sus patas de la hamaca para comenzar a existir en el mundo; tomó la decisión de hacer algo diferente, no desayunó en los lugares habituales. Caminó un poco más y llegó a un mercado lleno de colores, olores. estaba fascinado de ver la variedad de cosas, muchas de ellas nunca las había probado. Ese día aprendió que era fanático de la papaya y odiaba la sandía. Al llegar al trabajo, volvió a sentirse tentado de solo esperar a que pasara el tiempo; sin embargo, curioseando entre los objetos, toma unos binoculares y comienza a buscar detalles en la escena que él veía todos los días, pero que a simple vista no alcanzaba a notar. Descubrió que en el edificio cruzando la calle, un empleado salía a fumar, pero nunca le daba más de 3 toques a su cigarro, antes de apagarlo y regresar al trabajo. En la mera esquina de su cuadra había un árbol, con los binoculares encontró un nido, 3 polluelos y sus padres revoloteando alrededor y así, ese día pasó volando. Todo el camino de regreso a casa, Harry traía el esbozo de una sonrisa, pues venía recordando las cosas que había notado por primera vez. ¡Quién diría que un gorila como él pudiera emocionarse tanto de ver a una familia de pájaros! Muchas veces nos toca estar e interactuar en lugares, que no sólo no nos representan, sino que nos ponen en peligro; sin embargo, es la decisión de mirar más allá, en lo pequeño, en lo nuevo, que podemos comenzar a pintar nuestra existencia de diferentes colores, aromas y sabores. MariCarmen Vadillo



Información

Localidad: Mérida

Teléfono: +52 999 575 9877

Ubicación: Calle 31C #380 x 20 Col. Nueva Aleman 97146 Mérida, Yucatán, Mexico

105 personas le gusta esto

Recomendaciones y opiniones

Escribir una reseña




Ver también