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Ile Iré Esotérico Cdmx 23.11.2022

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Ile Iré Esotérico Cdmx 22.11.2022

¿Sabes lo qué implica ser SANTERO? ¿Y cuales son sus DEBERES? Mucho se ha dicho sobre el significado de ser Santero, pero revisemos con detenimiento las implicaciones de consagrarse como Iyalosha o Babalosha. En estos días se toma muy a la ligera coronarse osha, incluso hay quienes lo consideran moda. Lejos de esto, ser Santero es un compromiso espiritual y moral que impone un nuevo estilo de vida....Continue reading

Ile Iré Esotérico Cdmx 20.11.2022

Un Escrito Dedicado a las Madres y Mujeres Religiosas del Mundo Entero por el Día de las Madres: Felicidades. (Comparta Mujer) Para comenzar este epígrafe, segú...n Lydia Cabrera (1996) en el siglo XIX y en la primera década del siglo XX, la mujer desarrollaba funciones de osainista y como analizara Yrmino Valdés Garriz en su libro Diloggún (La Habana. Cuba. 1995), los nombres de los primeros oriatés famosos en Cuba considerados grandes conocedores de las letras de los caracoles, de un total de catorce nombres, solo cuatro son de hombres porque al parecer en sus inicios predominaban las mujeres en la función de oriaté, nombres como Calixta Morales, Teresita Ariosa, Carmen Miró, Ramona Collazo, Guillermina Castel, Arabia y Carmen Oviedo, Susana Cantero, Josefa Herrera, Mamita Osikan, Mercedes Rodriguez Ogun Toyo, Caridad Cuesta Oya Rinu, Margarita Armenteros Aina Yobo, etc. Son un sin fin de mujeres las que han practicado la Obasíay actualmente aún vivas existen muchas más, entre otras, fueron realmente relevantes en el período histórico mencionado. Por otro lado, en su artículo Religiones de origen africano en Cuba: un enfoque de género (1996), María Margarita Castro Flores hace un estudio exhaustivo del papel que desempeñan las mujeres en las siguientes religiones de origen africano en Cuba. En el artículo La importancia de las mujeres dentro de los espacios socio-religiosos en la Santería o Regla de Ocha- Ifá en La Habana (2017), Zaylin Leydi Powell Castro menciona algunas entrevistas con iniciados e iniciadas que pueden ser muy interesantes. Por ejemplo, habla de Yolanda Yara Oya Funke que efetuaba los sacrificios, he informa sobre las funciones que se realizan en las ceremonias religiosas y apunta que estas son desarrolladas tanto por el iyalosha como por el babalosha.Por ejemplo: el sacrificio de aves y cuatro patas, ceremonias de limpieza, procedimientos mágicos, el ritual de medio asiento, entrega de guerreros y mano de caracoles, hacer ebó en general y ebo de estera, desempeñarse como madrina o padrino de collares, de guerreros o de asiento. Pero realmente ella dice que hay profundas diferencias que pueden ser visibles o no: como la del factor de que una mujer no puede jurarse ni tocar Aña, ver a Igba Odu y jurarse en orun. Podemos considerar la Osha una religión monoteísta como lo era la religión yoruba en tierras africanas, cuya deidad mayor como ya he mencionado es Olodumare, conocido también como Olorun y Olofin entre otros nombres que aludían a sus cualidades. Otro nombre yoruba con el que se conoce a Olodumare es Eledá, y es utilizado por los cubanos para designar su orisha personal. El hecho de recalcar que la Osha es una religión monoteísta es importante porque ha sido común clasificarla como politeísta, afirmando que los orishas eran dioses, lo que significa elevarlos al mismo nivel que Olodumare al tiempo que se rebaja la religión a una categoría inferior, puesto que se supone que el monoteísmo es un estadio más desarrollado de la religión. La confusión en la percepción de la Osha como politeísta proviene del hecho de que no se le rinde culto directo a Olodumare, estando los rituales dirigidos a los orishas, aunque se comienzan todos los rezos haciendo referencia al ser supremo. La Regla de Osha, en la actualidad, aglutina a mujeres y hombres sin distinción de nacionalidad, etnia u origen social. Esto permite que cada uno de los participantes adquiera méritos y experiencia sin limitarlos por razones de edad o nivel cultural. Las mujeres, dentro de esta religión juegan un papel fundamental porque ejercen de madrinas en disímiles ceremonias para las que son imprescindibles. Muchas mujeres consideran que la posición que ocupan es la que les corresponde de acuerdo con lo que está predestinado. Por otro lado, otras nunca se lo cuestionaron y piensan que cómo siempre ha sido así, así debe seguir. Según Daisy Rubiera y su estudio, solamente unas pocas aceptan el lugar que les corresponde, con la diferencia de que admiten el contenido discriminatorio que entraña, aunque sin proponerse un cambio de valores que implique la transformación de esa situación. Yeniela Cedeño en su ensayo hace una revisión bibliográfica de varios autores que se han referido al tema de género dentro de la Santería cubana. Precisamente una de las autoras que Cedeño revisa es Daisy Rubiera. Otros autores importantes que destaca son Tomás Fernández Robaina e Ileana Hodge Limonta que se destacan por abordar el porqué de los límites de las mujeres y homosexuales con respecto a los hombres. Relacionado con la religión ha sido muy interesante la representación social para analizar comportamientos de jóvenes sacerdotes y de la imagen del cuerpo de las mujeres, visualizando a través de la crítica todo un arsenal de mecanismos que permiten la puesta en marcha de las desigualdades de género. La imbricación de religión, género y representación social no obedece a causas fortuitas: hablamos de sistemas, categorías que responden a prácticas simbólicas, culturales que en última instancia son relevantes para entender fenómenos sociales en un momento histórico concreto como la discriminación en materia de género, la formación de un pensamiento y de posiciones inclusivas, de subordinación, de victimización, de exclusión, entre otras, que pueden y deben de ser conocimientos a utilizar para concientizar, desenmascarar y, por qué no, en la transformación en pro de lograr una simetría en la relación entre los géneros Durante ese período una mujer, por demás joven, fuerte y en plena capacidad reproductora se convierte en un ser excluido. Desde esta óptica religiosa, no puede oficiar ninguna ceremonia, ni compartir los momentos más solemnes de la consagración u otra actividad que se convoque cerca del fundamento. Constituye este un acto discriminatorio hacia los años más aptos de la mujer, justificado por la preservación de su salud física y mental. (HOGDE, 2003, p.5). Las labores como ayudantes organizadoras o relatoras en los rituales la llevan a desempeñar disímiles funciones tales como la preparación de los locales destinados para el culto, el cuidado y cocción de los animales que se sacrifican, clasificación de las plantas rituales, elaboración de las comidas y dulces rituales, entre otras, así como el servicio personalizado que deben dar a los presentes (HOGDE, 2003, p. 6). La antropóloga norteamericana Gayle Rubin (1986) precisó como estas diferencias de género contribuyeron de una forma indirecta en el modo de producción de cada sociedad. La capacidad de reproducción de la mujer, así como el cuidado de los niños y los tabúes sobre la sexualidad entran en un engranaje de preservación, a través del control de la actividad sexual de la mujer, del orden social, a su vez ubicaron al hombre heterosexual como el más fiel vigilante y defensor de estabilidad social pues es el principal beneficiado. El análisis de los discursos de las mujeres en relación con las funciones que realizan en la Santería puede dilucidar mecanismos a través de los cuales se enmascaran las relaciones de poder en la religión, en este caso la Santería. Se puede ver que la presencia femenina en la mitología se ve reflejada mayoritariamente, en términos genéricos, es decir, se hace referencia a la mujer o las mujeres. Un fragmento de un mito del Odu Osa Odi nos servirá de ejemplo: Hubo un tiempo en que las mujeres cuando se casaban tenían que ir siete días al río a cargar agua, pero había una muchacha que decía a sus amigas que si tenía que ir a cargar agua al río prefería primero que el río se la tragara. Desde aquí nos revela la rebeldía en la mujer cuando poco a poco desatendio sus quehaceres religiosos. [Mason 1999] Iwori Yekun dice lo siguiente: En un pueblo había un gran osainista y a su casa iban muchas personas a mirarse y resolver sus problemas. Un día llegó una mujer muy linda y hermosa procedente de otra tribu y el osainista quedó profundamente enamorado de ella por lo que se le presentó a su Osain para ver si este la aceptaba como compañera de él. Pero este dijo que no porque esa mujer no le servía para su hijo. Todo esto lo hizo el osainista sin saber si aquella mujer si fijaría en él (Rubiera Castillo, Daysi: La mujer en la Regla Ocha: una mirada de género. Revista Revolución y Cultura. No. 2-3. 1999, La Habana). En términos de ocupación, en la mitología se refleja la limitada esfera en que se desenvolvió la mujer. En las pocas ocasiones en que aparece como protagonista, el papel desempeñado por ella no era muy significativo. En una gran cantidad de mitos en que la encontramos, su rol es definido en términos androcéntricos por su relación con los hombres. En el cuerpo literario de Ifá, en el odu Ogbetuá, Olofi le retira Ifá a Oshanlá por considerar que no había sido cuidadosa con su secreto, pues al parecer, por la interpretación de ese Itán, esa orisha tenía la consagración de Ifá, y hubo de entregársela a Amoroso y a Amoro, por lo que fue condenada por Olofi. Esta historia nos hace pensar en la importancia de la mujer hasta en Ifá. (Pérez Amores, 2016) Felicidades a mi Madre, mi Esposa y todas las Madres y Damas del Mundo Entero. Obà Oriaté David Alá Aggayú

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