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Klaatu Barada Nikto 23.11.2022

Hay personas, que no es que sean estúpidas, no es que sean tontas, ¡vamos!, no es que sean acéfalas u oligofrénicas, si no que sus neuronas en lugar de funcionar con banda ancha, siguen teniendo modem telefónico. Y también las hay de cable telegráfico pero ésa es otra histeria...

Klaatu Barada Nikto 23.11.2022

Perro guardián Todavía se acuerda de cuando vivía en la calle y tenía que buscar cualquier cosa de comer en los basureros. Siempre trata de pensar en eso durante las tardes de calor, cuando parece que las paredes del patio se le vienen encima y la correa le saca llagas en el pescuezo. Ciertamente, no podría decir que hubiese sido más feliz durmiendo en las banquetas bajo la lluvia, pero por lo menos en ese entonces no tenía que soportar al cachorro del hombre que por las tard...es le pega de pelotazos y le jala los bigotes. Cuando piensa en eso termina resoplando de resignación, convencido de que para ganar algo siempre hay que renunciar a algo y de que el aburrimiento no es un precio alto por tener la barriga llena. A veces se le ocurre que si por casualidad quedara libre lo primero que haría sería destrozarle al patrón las piernas a mordiscos, pero luego no se siente tan seguro. Después de todo el viejo no es tan malo y casi nunca le pega, cosa que no se puede decir de los gamberros que solía encontrarse durante su época de vagabundo. Quizás estar encadenado en el patio es lo mejor que podía pasarle. Unas cuantas croquetas, agua fresca y una manta mugrienta para dormir a cambio de no atacar a los humanos. Si se le piensa con cuidado es un excelente negocio. Pero casi nunca se toma el tiempo de analizar la situación más allá de este punto, por lo general cuando llega hasta ahí está tan aburrido que lo único que le queda es echarse a dormir hasta que alguien se digna a aventarle las sobras de la comida o una patada. See more

Klaatu Barada Nikto 23.11.2022

Pasmo Se levantó esa mañana con la certeza de que sería testigo de algo extraordinario. Salió de su casa, y apenas habiéndose posado su pie fuera de la banqueta en el pavimento de la calle, un aguacero de míticas proporciones se desató, lo empapó por completo, y desapareció después de un minuto. El cielo estaba diáfano, como un lago en calma.... El sol ardía como nunca. Su ropa se había secado. De camino al trabajo, vio a un par de niños haciendo un espectáculo callejero. Un niño negrito con obesidad mórdiba, cargaba a su compañero, un niño moreno delgado de cabello castaño y ojos cafés, y lo metía en una caja. Rociaba esta con gasolina, para luego golpearla con una vara, y finalmente, lanzarle un cerillo encima. La caja se removía en llamas, y se consumía demasiado pronto dejando un montón de ceniza en el sitio dónde estuvo. El miraba el espectáculo de la acera. Horrorizado y fascinado, sin palabras, miraba como ninguno de los conductores se daba cuenta de ello, expertos ya en el arte de ignorar a los performers de la miseria. De repente, del techo de un autobús destartalado también detenido en el alto, saltaba el niño moreno delgado de cabello castaño y ojos cafés, y recorría todos los altos pidiendo la cooperación voluntaria. Atónito, siguió caminando. Más adelante, en la escaleras del mercado dónde trabajaba, una niña de unos escasos 7 años dio un salto del tope de las escaleras a la base, y cayó como un remanso de flores, sobre el concreto, habiendo recorrido 10 escalones en el salto. Corrió a jalar el pantalón de su padre, para que le comprara una bolita de tamarindo con chile. Mientras cargaba las cosas del mandado, vio a una señora vendiendo tacos de una canasta pequeñita, con la circunferencia de un sombrero de jarocho y la altura de un envase de caguama. Una orden para quitarse el hambre, y una plática de una hora en su descanso. Dijo adiós, y al partir recordó, que durante toda su plática la señora no dejó de vender tacos, con un promedio de un cliente cada 2 minutos, y dos ordenes por cliente. Finalizada la jornada de trabajo, de vuelta a casa, el cielo de la noche era negro como el cabello de una tehuana, y las estrellas eran tantos como granitos en un niño con popocha. No había ninguna luz encendida en la ciudad, y se oía a lo lejos y muy cerca, música de una banda de viento, que tocaba el Badinerie de J. S. Bach como una chunchaca. Cuando volvía a su casa, una zarza ardiendo lo llamó por su nombre, y siguió de largo. Mucho ya había visto, y eso último no era más que un refrito de algún dios jubilado... See more

Klaatu Barada Nikto 22.11.2022

¿Sobran las palabras?

Klaatu Barada Nikto 22.11.2022

¿Qué clase de secuestro es éste cuyo único objetivo es llevarme al síndrome de Estocolmo?

Klaatu Barada Nikto 22.11.2022

Pues está esta onda de sentir el amor como estatua y a un montón de gente como palomas...

Klaatu Barada Nikto 21.11.2022

Esta mañana desperté sintiéndome como de metal. Tengo frío y mi lengua tiene un regusto a óxido de lo más molesto. Fuera el piso y a correr en el vacío. ¿Qué sucedió? Dedos helados, charlas insulsas (a mi alrededor todos vociferan frases gastadas sobre política partidaria). Desprecio sus argumentos, claro está, pero no tengo ninguno que los contradiga. Ni argumentos, ni ideas, vaya, ni siquiera el mínimo de concentración para fingir cualquier pensamiento medianamente coheren...te. ¿Cómo he llegado hasta aquí? No sabría decirlo. Presa de mi mediático mareo, miles de imágenes insulsas se amotinan frente a mí. En ellas no alcanzo a ver ninguna razón válida. Sólo dolores de cabeza y de espalda. Sólo está horrible cruda, inmune a la aspirina (¿hay algo más en el mundo? ¿algún otro remedio que no sea la aspirina?). Y sobre todo, el feroz escándalo de la jaqueca, recordándome que aún estoy vivo. Un pegajoso sudor gotea por mi frente mientras intento sumergirme en una galería de fotos de internet. Mujeres jóvenes y atractivas guiñando los ojos a nadie en particular. Bikinis y pestañas postizas, poses cuidadosamente casuales, coqueteos sin rumbo, exuberante carne fotogénica, emanaciones hormonales. La pornografía suave me reanima a pesar de la migraña. Quizás sea hora de poner un alto a mi sufrimiento (¡Ah! ¡Hermoso coraje obtenido de manera fraudulenta!). Me levanto de mi silla (no-tan-cómoda-como-cabría-esperar) y voy al refrigerador, en busca de otra cerveza. Respiro con más calma y todo parece ser, si no más coherente, sí al menos más blando y amigable. See more

Klaatu Barada Nikto 21.11.2022

¿Sobran las palabras?

Klaatu Barada Nikto 21.11.2022

Y dijo entonces ¿quién mató a..? Y un buen thriller, o dos, emergieron.

Klaatu Barada Nikto 21.11.2022

Encuentro que la creatividad es una perra traicionera. Ya sé que no es muy creativo, pero es que se enojó conmigo.

Klaatu Barada Nikto 21.11.2022

Cuando sea grande quisiera ser un perro con sombrero. Uno de esos chihuahuas que anuncian comida rápida. De todas formas... cualquier cosa sería mejor que ser lo que soy: un neurótico sobrecalificado con ansiedad crónica y problemas para relacionarse con el prójimo. See more

Klaatu Barada Nikto 20.11.2022

¿Quién lo a matado? (8)

Klaatu Barada Nikto 20.11.2022

Que rico es despertarse con una sensación embargadora de frescura, mas si se despierta en el calor del puerto. Lo único capaz de quitarle lo rico al momento es enterarte que toda esa frescura proviene de la saliva que derramaste al babear durmiendo y que empapó tu barba, haciéndose caminar a los actuales humedales de tu nuca...



Información

Web: klaatublog.blogspot.mx

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