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No es un asunto de tener mucho conocimiento. Es un asunto de la poderosa Presencia de Dios en la vida de una persona, que le da la capacidad de obrar lo sobrenatural en el nombre de Jesús, el Cristo y el Poder del Espíritu Santo.

¿Por qué sanó Jesús en sábado? Él sabía que los líderes religiosos iban a enojarse. ¿Por qué lo hizo? Porque su Padre le dijo que lo hiciera. Los hombres, ¡querían matarle! Pero, Él no pudo restringirse a sus límites y a sus conceptos distorsionados de Dios. Jesús hizo lo que Dios le dijo que hiciera y les mostró al Padre, aún cuando eso le hiciera objeto del odio de los hombres.

Fue la unción de Dios derramada sobre Jesús que le dio el poder para predicar, sanar, liberar, desatar y salvar. "La unción" sigue siendo una poderosa gracia de Dios derramada sobre hombres y mujeres, que les capacita para obrar más allá de sus habilidades y fuerzas naturales. ¡Tú también puedes ser ungido! ¡Tú también puedes vivir una aventura con el Altísimo!

Para poder tener idea de las bendiciones que Él te quiere dar, necesitas entender, aunque sea un poco, la naturaleza de Dios. Para eso pon atención a algunos de los nombres con los que la Biblia se refiere a Dios, los cuales describen Su carácter. Dios es Dios de paz, Dios de amor, Dios de gozo, Dios de salvación, Dios proveedor, Dios consejero, Dios creador, Padre Eterno, El Buen Pastor, Dios Santo, Redentor, Salvador, Bendito, Todopoderoso Piensa un poco en estos nombres y vas a encontrar que todos ellos denotan algo en común: las bendiciones que Dios desea para tu vida.

Notemos con cuidado esto, no quiere decir que los violentos, malvados quieren destruir el reino de los cielos, sino que nosotros que le amamos, violentamente queremos traer el reino de los cielos a la tierra. Violentamente anhelamos ser ungidos.

¡Qué maravillosa bendición! Hijo y heredero de Dios; coheredero con Cristo; y si todas las cosas pertenecen a Dios, por ende, todas las cosas te han sido heredadas, ¡reclámalas! Que tu bendición comience hoy.

De la misma manera que tenemos nosotros señales en lo natural, las hay en lo espiritual. Las señales son una parte natural del reino de los cielos, son la manera normal para llevarnos de donde estamos a donde debemos estar. Ese es su propósito y cuando seguimos sus señales, logramos mayores profundidades, los tesoros escondidos y los secretos bien guardados, que son sus señales, nos seguirán a nosotros en una medida mayor para el bien de la humanidad. ¿Qué quiero decir con esto? Que si nosotros seguimos señales, las señales empezarán a seguirnos a nosotros.

No debemos confundir unidad con uniformidad. La uniformidad se presenta en una fábrica o maquiladora cuando se hacen piezas en serie. Cada una de las piezas sale idéntica a las otras. No es el plan de Dios que la mujer o el hombre pierdan su identidad como individuos.

Imagina cómo sería si tu médico te dijera: No importa cuál medicina tomes para la diabetes, sólo debes ser sincero al tomarla. O si alguien te recomendará un abogado para defenderte de una injusticia que estás sufriendo, diciendo: El Lic. Pérez no conoce muy bien la ley, pero es muy sincero. ¡La sinceridad no basta, tenemos que llegar a Dios a su manera! El decir: Yo no lo creo tampoco cambia las cosas. El lago que arde con fuego y azufre no desaparece sólo porque tú sinceramente no lo crees.

Jesucristo es la única provisión dada por Dios para la salvación, porque fue el único que fue Dios encarnado y el único quien pagó el precio para nuestra salvación.

Dios ha sorprendido una y otra vez a su iglesia a través de la historia. No importa lo mucho que deseemos estar "en control" de lo que suceda en cada servicio e ir de acuerdo a lo planeado. El Espíritu Santo insiste una y otra vez en recordarnos que la iglesia es de su propiedad.