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Iglesia Nacional Presbiteriana Jesus el Pan de Vida 22.11.2022

UNA VEZ AL AÑO PARA TODOS " Este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados". Levítico 16:30 (RVR60)... No es fácil dejar los vicios o cambiar los defectos del carácter. Aunque Dios nos llama a vivir una vida nueva, muchas veces nos desalentamos al recaer en actitudes dañinas y acciones indecorosas. A veces podemos llegar a creer que ya Él está cansado de nuestras fallas, y de nuestra constante búsqueda de perdón. El pueblo de Israel sabía lo que es la lucha con el pecado. Aunque los sacerdotes trabajaban diariamente diagnosticando la limpieza y la inmundicia, no eran perfectos. ¿Había una terrible falla en la ley de Dios? No, el problema estaba en los sacerdotes y las personas que prometían cumplirla, pero no lo hacían o no podían. Los efectos del pecado en nuestra vida son un recordatorio continuo de nuestra inmundicia ante Dios. Todos nosotros vivimos bajo los efectos del pecado. Pero la buena noticia es que Dios es misericordioso. Para todos los casos que los sacerdotes resultaban incapaces o que el pueblo no denunciaba Dios estableció el día de la Expiación. En ese gran día toda la inmundicia era cubierta por los sacrificios prescritos. En el día la de Expiación sabías que Dios había escuchado tu grito pidiendo purificación. ¿Estás avergonzado y lleno de culpa por tu inmundicia ante Dios? Pon tu mirada en Jesús, quien en la cruz expió todos nuestros pecados, ¡para siempre! Ora: Señor, ten piedad de mí, un pecador inmundo desde el nacimiento. Gracias por el sacrificio expiatorio de Jesús, que murió para cubrir todo nuestro pecado y darnos una vida nueva y limpia. En su nombre, Amén. Lea: Levítico 16:15-19, 29-33

Iglesia Nacional Presbiteriana Jesus el Pan de Vida 22.11.2022

EL AMOR NO ES CIEGO Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Juan 19:26-27... Unos amigos se encontraban en el cuarto oscuro de un hospital acompañando en las últimas horas de vida a uno de sus compañeros. Sin que se dieran cuenta, un médico entró al cuarto, y el enfermo dijo a su hijo: "Marcos, enciende la luz para que él [el médico] pueda ver". No fue una sorpresa para quienes le conocieron que abordara la necesidad de otra persona con algunas de las últimas palabras que hablaría, una vida de enseñanza y de compartir el amor de Dios. El alcance y el impacto del sacrificio de Jesús son grandes. Cuando Jesús murió, la tierra se estremeció y el velo del templo se rasgó, una señal de que estaban sucediendo cosas realmente grandes. La madre de Jesús, María, y su amado discípulo Juan, ambos testigos de su muerte, experimentaron personalmente el impacto de la cruz. El sufrimiento de Jesús no lo insensibilizó al dolor y la pérdida de estas dos personas entre la multitud. Ni el inmenso alcance de la misión de Jesús le impidió tocar con su amor la vida de estas dos personas queridas. El impacto de la cruz llega a todo el mundo, a cualquier tipo de persona, en todo momento. Ese amor es más formidable que cualquier cosa en el universo, pero no es demasiado grande como para ignorar a alguien entre la multitud, como tú o como yo. Ora: Cuando contemplo la maravillosa cruz en la que murió el Príncipe de gloria, me doy cuenta que mi ganancia más grande es una pérdida. ¡Gracias por la cruz, Señor! Amén. Lea: Juan 19:23-30

Iglesia Nacional Presbiteriana Jesus el Pan de Vida 21.11.2022

FUE MUERTO Y SEPULTADO Allí pusieron el cuerpo de Jesús, porque el sepulcro estaba cerca. Juan 19:42... El viernes santo alzamos nuestra mirada hacia la cruz; hoy volteamos hacia la tumba y el cuerpo del Señor allí depositado. José de Arimatea, un discípulo secreto, pidió el cuerpo de Jesús y él y Nicodemo lo enterraron. Setenta y cinco libras de especias funerarias eran caras. Asumiendo que la muerte era el final de la historia, sí que se esmeraron en honrar a Jesús. Reflexionar sobre la muerte de Jesús y su cuerpo sin vida no debería hacernos sentir incómodos. A menos que el Señor regrese primero, todos moriremos en algún momento. Las personas que se encargaron de sepultar con respeto el cuerpo del Señor me recuerdan a los directores de funerarias, embalsamadores y conductores de coches fúnebres. Se trata de gente cariñosa, competente en su profesión a quienes se les confía el funeral y el entierro, haciendo un trabajo que pocas personas quieren hacer, y que tiene que lidiar con miembros de la familia en un momento difícil. Jesús ocupó nuestro lugar por completo, incluso hasta lo indigno de convertirse en un cadáver que había que lavar, embalsamar y enterrar. Cuando una niña vio a su abuela a punto de ser enterrada, gritó: "¡La abuela está realmente muerta, ¿verdad?" El entierro de Jesús dice lo mismo de nuestro Señor. Él fue muerto y sepultado, pero ¡ésa no es toda la historia! Ora: Padre, te damos gracias porque Jesús no tomó atajos en este viaje. También te agradecemos que éste no haya sido el final. En su nombre, Amén. Lea: Juan 19:38-42

Iglesia Nacional Presbiteriana Jesus el Pan de Vida 21.11.2022

CON LA CRUZ EN LA MIRA Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre tendría que sufrir mucho...Les dijo que lo iban a matar Marcos 8:31... El evangelio de Marcos muestra la claridad con que Jesús habló a sus discípulos de su finalidad al ir a Jerusalén. No iba en un peregrinaje espiritual ni con fines recreativos. Él iba allí a morir y no lo dijo una sola vez. En dos ocasiones más repitió estas palabras, que sonaban como los golpes de un juez sobre la mesa al dictar sentencia. Jesús tomó el camino que conduce a la cruz no porque estuviera obligado sino porque era la única esperanza para el mundo. El camino que iba a recorrer significaba un trato cruel, un sufrimiento prolongado y una muerte solitaria e inmerecida. Los discípulos que le acompañaban no entendían su insistencia, y hasta intentaron disuadirlo de continuar el viaje. Este día, en vísperas del viernes santo, meditemos en el significado de la muerte de Cristo en la cruz. Enfoquemos nuestros pensamientos en su sacrificio porque en él vemos desplegados el amor de Dios por su pueblo, el corazón de las buenas nuevas y la esencia de la fe cristiana. Si Jesús pasaba de largo la cruz, cualquier esperanza de vivir eternamente con Dios estaba perdida. Que él haya ido y muerto allí significa para nosotros una ganancia inestimable. Tómese un tiempo hoy para reflexionar sobre este elemento esencial de la fe cristiana. ¡No podríamos tener vida sin él! Ore: Señor Jesús, gracias por dirigir tu camino al calvario. Espíritu Santo, ayúdanos a hacer una pausa y reflexionar sobre todo lo que nuestro Señor hizo allí por nosotros. Amén. Lea: Marcos 8:31-38



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