Iglesia Adventista del Séptimo Día Granjas Puebla
tepexi 121 colonia Granjas del sur Puebla 72489 Puebla, Mexico

Cuando desde la calidad sanitaria se habla de buenas prácticas, indicadores, o estándares, lo que se busca es brindar a los pacientes servicios donde puedan cui...dar, mejorar y recuperar su estado de salud, contando con una atención adecuada, oportuna y eficiente. ¿Quieres saber más de esto? Inscribete al curso "Calidad Sanitaria en los alimentos". Inscripciones abiertas, comenzamos el 1 de Septiembre del 2020. Inscríbete aquí: https://bit.ly/3h8X2pC

Celebramos el 70 aniversario del club de conquistadores, recordando a los niños, adolecentes y jóvenes de nuestra iglesia. Dios cuide y dirija la vida de cada uno de ellos. Felicidades club Bethel y Bethelitos! #ReconciliadosUMI #WPD20

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Eis que a virgem conceberá e dará à luz um filho, e Ele será chamado de Emanuel, que significa Deus conosco. (Mateus 1:23)

Celebramos el 70 aniversario del club de conquistadores, recordando a los niños, adolecentes y jóvenes de nuestra iglesia. Dios cuide y dirija la vida de cada uno de ellos. Felicidades club Bethel y Bethelitos! #ReconciliadosUMI #WPD20

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Feliz Sábado! Compartimos la alegría de nuestros pequeños del departamento de cuna, aquí su participación de décimo tercer Sábado "Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él" Proverbios 22:6

.....Vale la pena un "stop" en nuestra vida , para que nuestros oidos, y corazones, sean fortalecidos con esta promesa cantada!!!!!

BAJO SUS ALAS Cicatrices Acepté con alegría la invitación de mi tío a trepar su bicicleta, de esas conocidas como panaderas. La emoción consistía en i...r parado en los diablitos que llevaba la llanta trasera y sostenerse de los hombros del conductor. Mi tío empezó a pedalear, no a gran velocidad por las calles de terracería, en eso, al intentar esquivar una piedra, yo me desequilibré, y mi tobillo derecho se deslizó del diablito y fue a insertarse en los rayos de la llanta, casi logrando un frenado instantáneo. La escena fue impactante. Mi hueso quedó al descubierto. La ambulancia fue por mí. Anduve con muletas por algún tiempo. Sucedió cuando tenía escasos 9 años. Mi primera cicatriz. Por supuesto que solo esperé a recuperarme para volver a montar bicicletas. En otra ocasión, siendo yo el conductor, renté una bicicleta por un cuarto de hora, para eso me alcanzaba, era el mínimo. Me alejé de mi casa a gran velocidad para disfrutar mi travesía. Pasé por una cancha de futbol donde estaban jugando dos equipos, me sentí un gran piloto y volteé a mirar el encuentro sin detener la marcha. Cuando me di cuenta, ya iba cayendo en una barranca sobre mi derecha. Los alambres de púas y algunos arbustos se encargaron de detenerme. Escuché gritar al portero: !Se cayó a la barranca!, el árbitro dio un silbatazo para que fueran a mi auxilio. En ese momento cruzaron por mi mente dos opciones: esperar a recibir ayuda, o, salir por mis propios medios. Prevaleció la segunda. Saqué mucho coraje y empecé a escalar cargando la bicicleta. No les di tiempo que llegaran a mirarme derrotado. Cuando se estaban acercando, yo ya estaba en marcha de regreso a casa. Solo logré escuchar risas de burla, uno exclamó: !Lleva sangre en su pierna!. Hasta que los perdí de vista, me bajé y me revisé. Efectivamente, me había cortado la pierna derecha con los alambres. El intenso dolor fue eliminado por la mayúscula preocupación de no ser regañado por el enojón de don Miguel: el tiempo del alquiler se había consumido. Limpié la bicicleta y mis lágrimas. Me recompuse de inmediato para no generar ninguna sospecha. Sobra decir que, en mi época, quien tenía bicicleta propia era un privilegiado. ¿Se me quitaron las ganas de andar en bicicleta? ¡No! Solo sumé otra cicatriz. Pienso que tu vida es una bicicleta prestada. No te pertenece. El Dueño ya tiene el tiempo medido en el reloj celestial. En tus paseos por esta vida tendrás muchos accidentes que te dejarán profundas cicatrices. Posiblemente no todas sean físicas. Es inevitable que no te distraigas y caigas en una barranca. Y te diré una realidad: cuando las personas te ven caer, no siempre acudirán en tu ayuda. A veces, ni siquiera detendrán sus actividades para ir a asomarse. Si cuentas con un amigo que te tienda la mano, agradece a Dios, si no lo hay, no te lamentes ni culpes a nadie. Tienes las mismas opciones: hacerte la víctima y causar lástima, o, sacar fuerzas y coraje de tu ser, para salir adelante. Las cicatrices contienen lecciones importantes. Tú decides cómo enfrentar la vida después de la caída. Es posible que hoy tengas serios problemas que te desalienten en tu persona, familia o trabajo. No te desesperes. Suele pasar que, en situaciones adversas, piensas que solo tú estás en el hoyo y los demás viven plenamente felices. No es así, no te imaginas lo que vive cada persona. El rey David, siendo el hombre más rico y poderoso, teniéndolo todo, llegó a deprimirse tanto, al grado que anheló ser una paloma para que huyera de sus problemas (Salmos 55:6). Nunca desees ser otra persona. Las cicatrices tienen que hacerte más fuerte. Tienen que darte grandes enseñanzas. No cometas el error de poner a tus hijos en una burbuja de seguridad para que no les pase nada. Solo conseguirás hacerlos más débiles. No te quejes de la vida, no maldigas tu bicicleta. Cambia tu actitud. Repara la bicicleta, analiza qué falló y vuélvete a montar. Es la única que tenemos, no intentes cambiarla o destruirla. Sigue adelante. No te preocupes en el estado en que vas a entregarla, ya no estará presente el bravucón de don Miguel. Dios ha prometido que al final del viaje, él se encargará de hacer nuevas todas las cosas. La Biblia asegura que, en el día que el Altísimo ha dispuesto, no existirán más las cicatrices, no habrá más llanto ni más dolor (Apocalipsis 21). Mientras esperamos ver cumplida esa esperanza y promesa, disfruta y ama tu bicicleta. Cobra ánimo y coraje. Levántate y sé una bendición para otros. ¡Que tengas un excelente y bendecido día! Las cicatrices solo me indican lo intenso que ha sido mi vida MJZ-