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Hnas. Oblatas de Santa Marta 23.11.2022

JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA Evangelio según Lucas 24, 35-48 Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.... Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona, tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo. Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: ¿Tienen aquí algo de comer? Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos. Después les dijo: Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. PALABRAS DEL SANTO PADRE Pidamos al Señor que haga con todos nosotros lo que hizo con los discípulos, que tenían miedo de la alegría: que abra nuestras mentes: "Entonces, les abrió la mente para que entendieran las Escrituras"; que abra nuestras mentes y nos haga comprender que Él es una persona viva, que tiene cuerpo, que está con nosotros, que nos acompaña y que ha vencido. Pidamos al Señor la gracia de no tener miedo de la alegría. (Santa Marta 24 de abril de 2014)

Hnas. Oblatas de Santa Marta 21.11.2022

DOMINGO II DE PASCUA Evangelio según Juan 20, 19-31 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.... De nuevo les dijo Jesús: La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar. Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: Hemos visto al Señor. Pero él les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes. Luego le dijo a Tomás: Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree. Tomás le respondió: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús añadió: Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto. Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. PALABRAS DEL SANTO PADRE "(Tomás) era un hombre obstinado. Pero, el Señor quiso precisamente a un obstinado para hacernos entender una cosa muy muy grande . Tomás vio al Señor, fue invitado a meter el dedo en la herida de los clavos; puso la mano en el costado y no dijo: ‘Es verdad: ¡el Señor ha resucitado’. ¡No! Fue más allá. Dijo: '¡Dios!' El primero de los discípulos en hacer la confesión de la divinidad de Cristo, después de la Resurrección. Y adoró". (Santa Marta 3 de julio de 2013)

Hnas. Oblatas de Santa Marta 21.11.2022

MIÉRCOLES II DE PASCUA Evangelio según Juan 3, 16-21 Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.... La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios’’. PALABRAS DEL SANTO PADRE Este pasaje del Evangelio de Juan, capítulo 3: el diálogo entre Jesús y Nicodemo, (cf. Jn 3, 16-21) es un verdadero tratado de teología: todo está aquí. El kerigma, la catequesis, la reflexión teológica, la parénesis [] Pero lo esencial es la revelación del amor de Dios: Dios nos ama -como dice un santo- como una locura: el amor de Dios parece una locura. Nos ama: 'Tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo único' (Jn 3,16). Dio a su Hijo y lo envió para amarnos ofreciendo su vida en la cruz. Cada vez que miramos a Jesús crucificado, encontramos este amor. Jesús crucificado es precisamente el gran libro del amor de Dios. Es la expresión misma del amor de Dios. Así es como Dios nos ha amado: ha enviado a su Hijo, se ha aniquilado a sí mismo hasta la muerte en la cruz por amor. 'Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo'. [] ¿Y por qué? ‘Para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna’ (Jn 3,16). Este es el amor del Padre que quiere que sus hijos estén con él. (Homilía Santa Marta - 22 de abril de 2020)

Hnas. Oblatas de Santa Marta 20.11.2022

LUNES II DE PASCUA Evangelio según Juan 3, 1-8 Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si Dios no está con él.... Jesús le contestó: Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios. Nicodemo le preguntó: ¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer? Le respondió Jesús: Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu. PALABRAS DEL SANTO PADRE Ser cristiano no es sólo cumplir los Mandamientos: hay que cumplirlos, es cierto; pero si te quedas ahí, no eres un buen cristiano. Ser cristiano es dejar que el Espíritu entre en ti y te lleve a donde Él quiere que vayas. Muchas veces en nuestra vida cristiana nos detenemos como Nicodemo, ante ‘la sorpresa de lo inesperado’, no sabemos qué paso dar, no sabemos cómo hacerlo o no tenemos la confianza en Dios para dar ese paso y dejar que el Espíritu entre. Nacer de nuevo es dejar que el Espíritu entre en nosotros y dejar que el Espíritu sea que nos guíe fuera de nosotros mismos para ser libres, con esta libertad del Espíritu que nunca sabrás dónde te conducirá. (Homilía Santa Marta - 20 de abril de 2020)

Hnas. Oblatas de Santa Marta 20.11.2022

SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA Evangelio según Marcos 16, 9-15 Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.... Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo entonces: Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. PALABRAS DEL SANTO PADRE "No se puede pensar en un cristiano inmóvil: un cristiano que permanece inmóvil está enfermo, en su identidad cristiana, tiene alguna enfermedad en esa identidad. El cristiano es un discípulo para caminar, para ir. () En el momento mismo de su despedida, el Señor nos ordenó: 'Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio'. ¡Vayan! ¡Caminen! O sea que el primer rasgo de la identidad cristiana es ir, caminar aunque haya dificultades, y caminar superarando todas las dificultades". (Santa Marta 14 de febrero de 2014)



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Teléfono: +1 844-595-1393

Ubicación: calle mutualismo 25000 Saltillo, Coahuila de Zaragoza, Mexico

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