Generacion de Anas

Mujeres cristianas, si su marido le golpea y su pastor le dice que sólo orar y no denunciar, denuncie al marido y al pastor también . Porque Cristo nos llamó a libertad no a esclavitud.

Sé que el día que nos reunamos a contar nuestros miedos, lo que menos tendrá importancia será el miedo. -@malvestida. Hoy por fin dejo el miedo a un lado y ...hablo. En el 2016 mantuve una relación amorosa con Carlos Enrique Reyna Montiel (Carlos Montiel) la cual no fue nada más que toxicidad y violencia durante los casi 2 años que duramos juntos. (Es mi ahora ex novio) Esa relación en su mayoría se basó en celos para nada sanos, en groserías, prohibiciones, numerosas infidelidades de su parte y peleas, me volvió en una persona tóxica, insegura y con miedo en todo ese lapso. Me prohibía tener amigos hombres, me prohibía salir, me prohibía usar ropa que a él no le pareciera correcta. Hoy tengo el valor de decir que sufrí de violencia psicológica y también física, y de eso existen pruebas, personas que vieron los golpes/moretones que yo tenía, personas que me vieron llorar, personas que vieron y escucharon la manera en la que me trataba, personas que muchísimas veces intentaron sacarme de ahí pero en ese entonces, yo no podía y no tenia la fuerza emocional para salir. Fueron varias veces en donde Carlos me agredió físicamente, jalándome, empujándome o directamente golpeándome dejándome moretones, una vez me dejo incluso mordidas por no cederle mi celular. Yo a veces en mis intentos por evitar que me hiciera algo intentaba empujarlo, jalar su cabello para que me soltara, y lo que se me ocurriera para defenderme. No era un secreto que la relación era tóxica, solo que nunca había podido hablar hasta qué grado. Una de esas veces me empujó contra la pared gritándome que por qué no hacía las cosas bien, esto fue en una calle cercana a una academia, en la vía pública y un señor se acercó a decirle que no estaba bien lo que estaba haciendo, yo cedí y dije que no había problema, me fui junto a Carlos. Otra situación fue en una academia a la que asistíamos juntos, discutíamos en un cuarto donde había espejos sin pegar, en la discusión él me empujó y con mi espalda logré romper un espejo. Salí de ahí llena de vergüenza. Otra situación más fue en el centro de la ciudad, yo intentaba caminar molesta y él deteniéndome y pidiendo que no hiciera el ridículo pellizcaba mi abdomen, del dolor yo me doblaba o hacía algún gesto, una pareja se acercó a preguntarme si estaba todo bien y que si me quería marchar de ahí, yo, dije que todo estaba bien con él una vez más. El suceso más fuerte fue una vez en el 2018 que yo llegué de la universidad a mi casa, era aproximadamente la 1 de la tarde, no había nadie, mis papás estaban trabajando y mi hermana en la escuela. Un amigo me había hecho el favor de llevarme a mi casa, me bajé, le agradecí y camine a mi portón, mi amigo se fue. Abrí la puerta del portón y entré, pero cuando iba a cerrarla, Carlos llegó corriendo y la empujó para poder meterse. Yo naturalmente me asusté, y más al darme cuenta que era él y que estaba enojado. Entró para comenzar a decirme que por qué me habían llevado a mi casa, que si mi amigo me gustaba, que si lo estaba engañando con él y demás cosas. Yo le contestaba que no, que nada de eso pasaba. Él me pidió mi celular para revisarlo y yo le dije que no, que ya no permitiría esas cosas, pero en medio de mis palabras él me golpeó la cara con una de sus manos. Llorando le pedí que se fuera de mi casa y el me dijo que no se iba a ir. Intenté meterme a mi casa y dejarlo afuera pero él se metió conmigo, comenzó a jalarme y golpearme, en un intento por quitarme el celular me abrazo y me tumbó al suelo haciendo que mi cabeza golpeara directamente al piso, para ese punto yo ya lloraba y tenía miedo. Fue la única vez que pensé que me iba a matar de algún golpe, el verlo tan enojado me hizo pensar que ese día iba a morirme, pensé en mi familia y en mil cosas. Después de que viera que tenía sangre en la boca me dijo que me enjuagara y se calmó. En mi debilidad, le pedí que se fuera, él me dijo que lo perdonara, que la había cagado pero que también era mi culpa por hacerlo enojar. Él se fue cuando todo estuvo más tranquilo. Ese día pensé en mi vida y en que no soportaría más esas cosas porque si no detenía todo eso, quien sabe hasta donde llegaría. Terminamos la relación, recuerdo que él me decía que lo intentáramos pero que era yo quien tenía que hacer las cosas bien, que todo era culpa de mis mentiras. Mentiras que eran por ejemplo, que no le contaba que hablaba con mis amigos porque a él le enojaba que yo hablara con otros hombres. Mi mamá un día le llegó a decir que no me buscara de buena manera, porque ella, mi papá y mi hermana, claramente se daban cuenta de lo mal que yo me ponía, aunque desconocían realmente todo lo que pasaba. En noviembre del 2020, después de que personas me dijeron que había cambiado, que ya no era el de antes, que era posible tal vez cerrar aquel ciclo de una manera madura, acepté aquellas ideas, me mandó mensaje y solo me di cuenta que seguía siendo igual. Aún cuando yo puse de mi parte y dije que podíamos hablar lo que nunca se habló, él simplemente dijo que ya había olvidado lo que algún día quiso hablar conmigo, y dijo que me avisaría cuando pudiera hablar, cosa que claramente nunca hizo, esta vez no me sentí chiquita frente a él. Él seguía y sigue siendo el mismo. Fue un proceso muy difícil de sanar, fue un proceso doloroso y tardado, pero logré salir gracias a mi familia y amistades que jamás me dejaron sola. Tuve después el valor de contarles lo que en realidad pasaba, lo realmente dañina que era mi relación con él, el maltrato, la violencia y la toxicidad. Nadie lo sabía y fue como quitarme una espina que tenía clavada el darme cuenta que no estaba sola, que había personas que me apoyaban. Mi familia, mi ahora novio, mis amigos, e incluso gente con la que jamás creí poder tener la confianza, estaban y están ahí. Hoy tengo el valor de decir el nombre de mi agresor, Carlos Enrique Reyna Montiel. Yo no sé si el tiempo lo cura todo, pero sé que la libertad sí. Yo no sé por qué se nos exige florecer tan rápido después de casi marchitarnos. -@malvestida Estoy en trámites de presentar un acta en la institución correspondiente, en donde legalmente pido que se mantenga a esta persona lejos de mí por seguridad. Si algo me pasa a mí, a mi familia o a mis seres allegados, responsabilizo completamente a Carlos Enrique Reyna Montiel. Anexo capturas de las conversaciones y de él.

¡¡¡ALTO!!! SI Golpean a una nos golpean a todas.

Mujeres cristianas, si su marido le golpea y su pastor le dice que sólo orar y no denunciar, denuncie al marido y al pastor también . Porque Cristo nos llamó a libertad no a esclavitud.

En #50Más1 lamentamos la violencia de género contra la candidata Ivonne Gallegos Carreño. Condenamos enérgicamente estos hechos, ahora es necesario seguir unien...do fuerzas y luchando para erradicar la violencia contra las mujeres #Ocotlán #Oaxaca #NoEsElCosto Fiscalía General del Estado de Oaxaca See more

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El problema no es tener un hombre a tu lado que te lo de todo . El problema es que ese hombre que te dice "quedate en casa, que yo cubro tus necesidades ", es ...el mismo hombre que un día cambia sus prioridades y se va. Y ahí te quedas tú, sola, triste, sin trabajo, sin estudios y con mil deudas encima porque el lo pagaba todo. Así que mujer ,sea inteligente, no importa que edad tenga en este momento, usted estudie, trabaje, haga todo por superarse día a día , GANESE SU PROPIO RESPETO , AMESE MUCHO ! y no dependa de ningun hombre, ni emocional ni económicamente! Para que cuando el la trate mal o se quiera ir no llore , no ruegue, ni sufra... Aprenda a desear la luna y bajarsela usted misma,está es la mejor manera de asegurar su felicidad . -Autor Desconocido