FT Cesar Vargas

Cuando nos vamos desarrollando cada vez más en un área determinada de la vida, es común creer que lo sabemos todo o pensar que nuestro método es infalible al abordarlo, tipo: voy a hacer un diagnóstico perron con las 3-4 maniobras que me sé y en base a esto y mi historia clínica, es 100% probable que logre llegar a un diagnóstico concreto. Evidentemente suena genial y quizá en la teoría sería suficiente para lograr este objetivo, sin embargo, no es aplicable a la realidad. ...¿Cuantas veces vamos por la vida con la seguridad de que no existe posibilidad alguna de equivocarnos y adoptamos una posición de completa seguridad y eficacia? Pues, mis queridos amigos, así como ningún tratamiento es igual, de igual manera tenemos que tener en cuenta la reacción individual en cada individuo de los tests y exámenes complementarios que realizamos, si bien, buscamos datos similares, habrá que tener especial cuidado debido a la enorme variabilidad anatómica y sintomática de los trastornos que con regularidad atendemos en la práctica clínica diaria. Entonces, ¿qué conclusión podríamos darle a esto? Dos palabras: Sensibilidad y especificidad, ¿que tan sensible es para detectar a los enfermos y que tan especifica es para detectar a los NO enfermos?

¿Qué ocurre cuando nos encontramos con lesiones o trastornos músculo esqueléticos en los que sabemos que la intervención fisioterapeutica no tendrá beneficios sobre la historia natural de la enfermedad (HNE)? Existe la disyuntiva de cobrar para sustentarme como ser humano y la de en realidad mi tratamiento no modificará nada. Sin embargo, el intervenir por medio del contacto físico no es nuestra única opción, al ser asesores del movimiento tenemos como deber, la edu...cación y promoción de hábitos que realmente modifiquen la conducta y la confrontación ante ese tipo de trastornos, ya que, por poner un ejemplo, sabemos que dentro del Dolor muscular tardío no existen mejores soluciones que el descanso, la reducción de las cargas, los hábitos alimenticios saludables y la reducción del estrés Por lo que, no existen los masajes de descarga ni tampoco existe evidencia de que los medios físicos, el masaje o las pistolas de percusión sean clínicamente significativa. Para decir que una intervención es clínicamente significativa, debe demostrar que tiene una acción positiva dentro de la HNE. En fin, ¿ustedes qué harían al encontrarse con estos pacientes quienes el tiempo y los buenos hábitos son sus mejores aliados? ¿Atender o educar?

La máxima expresión de función, no solamente es el movimiento. Esta semana, particularmente me encontré en un dilema profesional del cual se pueden sacar bastantes conclusiones. ¿Qué ocurre cuando un fisioterapeuta se encuentra con un paciente con limitaciones en la movilidad PERO, nos encontramos de igual manera con una necesidad latente de atender a ese paciente cognitivamente?, en pocas palabras, un paciente con déficits intelectuales, ¿qué es lo que hará con su movimiento... una vez logrado los objetivos de la fisioterapia? Si bien no podemos atenderlo todo, algo está claro, tenemos una necesidad ENORME de un equipo multidisciplinario para el manejo de este y más pacientes, pero ¿qué ocurre cuando no se tienen los suficientes recursos materiales y humanos para poder llevarlo a cabo? ¿Que privilegiarías desde tu postura? ¿El movimiento sin una conciencia que lo utilice? ¿O una mente mejor equipada para hacer uso de lo que su cuerpo le permite? Entendiendo que la función podemos definirla como La capacidad que tiene un individuo para interactuar con su entorno físico, desde sus determinadas capacidades físicas, intelectuales y sociales, entonces, ¿que beneficiará más a nuestro paciente? Imagen: El dualismo de René Descartes.

Cada vez estoy más convencido que la recuperación funcional de todos nuestros pacientes, no es a través de aparatos costosos y técnicas carísimas, si no, de nuestro empeño por la adaptación de sus funciones, la modificación de su entorno para que interactúe dé mejor manera y sobre todo, privilegiar la participación y su independencia en todas sus formas. El es Gerardo, nuestro paciente estrella, y como siempre, aportando mucha actitud y empeño para lograr recuperarse, sin invertir muchísimo pero siempre buscando las mejores herramientas para permitirle avanzar aun en la ausencia del terapeuta.

Así como la fisioterapia creció derivado de las epidemias de poliomielitis y después de la Segunda Guerra Mundial, ahora estamos en otra guerra contra un enemigo invisible, quien poco a poco nos comienza a abrir los ojos de la necesidad de los fisioterapeutas en el ámbito intrahospitalario durante y después de padecer esta terrible enfermedad. Por lo cual, cualquier pretensión de ayudar y atender a estos pacientes debe ir acompañado de altos estándares de protección y de la reducción en lo posible, de eventos adversos, apegándonos a los protocolos que aseguran la integridad y seguridad de nuestro paciente. La seguridad del paciente es responsabilidad de TODOS los involucrados en su mejoría.