Eben-Ezer
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La salvación que necesitábamos Amado hermano, en días pasados conmemoramos la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Pero hoy queremos decirte que no debemos dejar de agradecer esta maravillosa muestra de amor de Dios para la humanidad. Ya que Él entregó a su Único Hijo, a fin de que hoy podamos gozar de una vida abundante en Cristo Jesús. Una vida de paz, en la que también podemos enfrentar diferentes dificultades, pero es justo a través de este gran s...acrificio que podemos ser vencedores. Pues Cristo Jesús venció al mundo y todo lo que nos separa de Dios. El versículo del día de hoy, es verdadero. Pues encontramos dos cosas fundamentales acerca de la misión de Cristo en esta tierra: La primera es que vino a este mundo para que el mundo sea salvo por medio de Él, para que todo aquel que cree en Él sea salvo de la condenación eterna. (Juan 3:16) Y la segunda es que Por causa del pecado todos estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23) sin embargo, debemos buscar su misericordia a través de nuestro Señor Jesucristo: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23). Aunque tú y yo hemos cometido pecado en contra de Dios, Él nos justifica de forma gratuita por medio de la fe en Cristo Jesús. (Romanos 5:1-2) Amado hermano, tan grande fue y es el amor de Dios para con nosotros, que siendo aún pecadores y no merecedores de su gracia, ¡Cristo murió por nosotros! ¡Amén, Gloria a Dios!

Palabras de Spurgeon sobre el azote de Cristo Quédate quieto y ve a Jesús amarrado a una columna Romana, y azotado cruelmente. Oye los terribles azotes del látigo, nota las heridas sangrientas, y velo salir hecho su cuerpo bendito una masa de dolor. Luego fíjate como también fue flagelada azotada su alma. He aquí los golpes caen sobre su espíritu, hasta lo más profundo de su ser es herido con torturas, todo insoportable, lo que él sufre por nosotros. Medita en este tema sol...emne sin pensar en otra cosa, y yo oro que tú y yo podamos pensar juntos en el sufrimiento incomparable de Jesús hasta que nuestros corazones se derritan dentro de nosotros con un amor agradecido. (Spurgeon, Christopathy, The Metropolitan Tabernacle Pulpit, Pilgrim Publications, reimpreso en 1976, tomo XLIII, p. 13). De nuevo, Spurgeon dijo que fue por nuestros pecados que El sufrió el azote y la crucifixión. Fue por ti y por mí que Jesús experimentó la llaga cuando El fue azotado, y cuando los clavos traspasaron Sus manos y Sus pies al ser crucificado. Spurgeon dijo, seguramente tuvimos parte en sus dolores. Oh, que de igual modo estuviéramos seguros de que por su llaga fuimos nosotros curados. Tú lo azotaste le pegaste, querido amigo, le heriste, por lo tanto, no descanses hasta que puedas decir: por su llaga yo soy curado. Debemos tener un conocimiento personal del que sufrió Jesús si hemos de ser curados del pecado por su llaga. Debemos echar mano sobre este gran sacrificio, y aceptarlo ya que fue hecho por nosotros; porque sería miserable terrible saber que Cristo fue azotado, mas no saber que por su llaga fuimos nosotros curados. No habría razón de hablar de curar el pecado si Dios no lo hubiera considerado una enfermedad (ibid., p. 14). Por su llaga fuimos nosotros curados. Este no es un remedio temporal, es medicina que trae en ella la salud que hará tu alma perfectamente bien, para que al fin, entre los santos ante el trono de Dios en el Cielo, aquel hombre cante con muchos otros por su llaga fuimos nosotros curados. ¡Gloria sea al Cristo que sangra! Todo honor y majestad y dominio y alabanza sean a él por los siglos de los siglos. Y que todos aquellos que son curados del pecado digan, Amen y amen (ibid. p. 21). Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isaías 53:5).

Cristo Resucitó Lucas 24:1-9

No hay otro Dios Amado hermano, hoy es un buen día para doblar nuestras rodillas y así agradecer a Dios por su amor y misericordia. Dándole las gracias por haber enviado a su único hijo para darnos el hermoso regalo de salvación y vida eterna. Hoy queremos una vez más exaltar el nombre del Señor Jesús, reconociendo el asombroso sacrificio que hizo al morir. Dándonos el ejemplo más grande de humildad y obediencia, tal como lo podemos leer en la carta a los Filipenses 2...:6-8: "El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." ¡Gloria a Dios! , ¡Gloria al que vive!, pues no hay otro nombre mediante el cual podamos ser salvos, ¡¡¡solo JESUCRISTO!!!

El amor de Dios permanecerá El día de hoy, queremos nuevamente recordar la relevancia que tiene el reconocer y atesorar en nuestros corazones que Dios mandó a su Hijo para ser el Salvador del mundo, y para darnos libertad. Amado hermano, grande y maravilloso es y será el amor de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Tan grande, que es difícil comprender la anchura, la longitud, la profundidad y la altura de Su amor para cada uno de nosotros (Efesios 4:17-19). El amor de D...ios es constante y su amor nunca dejará de ser. Él nos amó mucho antes de que nosotros lo amáramos a Él. Así mismo, nuestro Señor Jesús es el ejemplo perfecto de amor. Ya que durante su vida en la tierra, Él mostró su bondad, sanó a enfermos (Juan 9:17), fue un gran maestro e incluso perdonó a quienes lo crucificaron (Lucas 23:34). Su amor es infinito y sigue al alcance de todos los que lo necesitan, de todos los que lo buscan. ¡Cristo vive! Aceptarlo en nuestro corazón y confesar que es nuestro Dios, nos permitirá experimentar el amor y la paz que no habremos de conocer jamás. ¡Dios te bendiga!