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Antorcha San Pedro 23.11.2022

LA VERDAD SOBRE EL CAMPO VS EL DISCURSO DEL PRESIDENTE Por: Aquiles Córdova Morán El presidente López Obrador ha sacado del desván de los trastos viejos su sob...ado discurso sobre los moches y la supresión de esa práctica corrupta a cambio de la entrega directa, sin intermediarios, de las ayudas de su gobierno a las familias más necesitadas. Las fechas y las formas hablan de una maniobra calculada para deslegitimar anticipadamente una posible protesta de los antorchistas por la próxima discusión y aprobación del proyecto de Presupuesto de Egresos para 2022, por la Cámara de Diputados, y para reconquistar el voto de los campesinos. Le urgen para mantenerse en la silla. Pero esa deslavada retórica se estrella frontalmente contra la dura realidad del campo mexicano. Se calcula que son millones de hectáreas de tierra laborable las que han quedado yermas debido a que sus propietarios o poseedores han tenido que emigrar a otros estados del país o a Estados Unidos, en busca de un mejor empleo y mayores ingresos. Las causas de este desplazamiento son numerosas y variadas, pero hay dos que se destacan: a) el incremento de la actividad del crimen organizado, que despoja a los productores de su propiedad o de su cosecha mediante grupos de sicarios fuertemente armados, y que trata de enrolar, también por la fuerza, a la gente joven de las comunidades; b) el insuficiente apoyo oficial a la actividad productiva del campo, agravado por el excesivo y complejo papeleo requerido para acceder a esos recursos o a los créditos blandos de la banca de desarrollo. Según el INEGI, en México hay 9.3 millones de predios rurales, que abarcan una superficie total de 190.3 millones de hectáreas. De este total, el 69% se dedica a la agricultura, el 11% a la ganadería y el resto son bosques o terreno cerril. Del total destinado al cultivo, 51.56%, es decir, poco más de la mitad, son minifundios de entre media y dos hectáreas; el 21.87% son parcelas de entre 2 y 5 hectáreas; el 18.75% parcelas entre 5 y 20 hectáreas y los propietarios superficies mayores a 20 hectáreas son, apenas, el 5.82%. Esto quiere decir que el campo mexicano está integrado esencialmente por minifundios que producen para el autoconsumo. Ahora bien, el discurso oficial habla de un apoyo a la producción agropecuaria mayor que nunca; pero el presupuesto de la Secretaría respectiva ha sufrido una contracción muy significativa en los tres años del actual gobierno. En 2018, último año del gobierno de Peña Nieto, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) dispuso de un presupuesto de 76 mil 476 millones de pesos; en 2019, primer año de la 4T, esa Secretaría, rebautizada como Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) contó con 65 mil 434 millones de pesos, 14.4% menos que el del año anterior; en 2020, cayó a 46 mil 253 millones, 29.3% menos que en 2019, y en 2021 dispuso de 49 mil 291 millones, un ligero aumento pero muy lejano todavía al último año de Peña Nieto. ¿Es verdad, entonces, que hoy el campo recibe apoyo como nunca? La SADER dice que el dinero se dispersó así: 1 mil 600 pesos por hectárea para los productores de granos en pequeña escala (minifundistas); mil pesos por hectárea para los de escala media; 5 mil pesos para cada productor de café de pequeña y mediana escala y 7 mil pesos para productores de caña de azúcar. Quedan claras dos cosas: primera, que las cuotas por productor son, en todos los casos, totalmente insuficientes para el buen cultivo de las parcelas, dejando a un lado las necesidades personales del productor y su familia; segunda, que se deja fuera al sector más vulnerable, a los jornaleros agrícolas, la mayoría de los cuales no posee tierra y, por tanto, no pueden recibir la ayuda oficial. El investigador sobre agricultura sustentable de la Universidad Autónoma de Chapingo, Gerardo Noriega Altamirano dice: en el medio rural del país hay cuatro grandes grupos sociales: los campesinos de subsistencia, que disponen de minifundios, cuyo rezago educativo y tecnológico es enorme y producen apenas para comer. Otro sector es el integrado por jornaleros, quienes carecen de tierra, venden su fuerza de trabajo y se mueven de un lugar a otro; el tercero es el de los pequeños propietarios, quienes tienen más acceso a la educación, a los recursos naturales de suelo y agua y producen más de lo que consumen, es decir, venden parte de su producción. El cuarto grupo es el más reducido y está conformado por los empresarios agrícolas del norte, noroeste y occidente y produce para la exportación. Según Noriega, el insuficiente presupuesto al campo está afectando a los 4 grupos sociales (las negritas son mías, ACM), aunque no por igual. Los más perjudicados son los minifundistas y los jornaleros. Las carencias mayores -dice- se reflejan en los índices de pobreza de estados como Guerrero, donde () no hay opciones de empleo, razón por la que gente, sobre todo de La Montaña, al terminar el ciclo agrícola, sale de sus pueblos rumbo a Sinaloa, Baja California u otras entidades. El Colegio de la Frontera Norte afirma que Tan solo el año pasado, en plena pandemia de Covid-19, unos 200 mil jornaleros abandonaron sus comunidades y pueblos de origen para trabajar en las grandes estancias agropecuarias de los estados norteños y del noroeste del país. El 80.5% de ellos laboró en Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa. Es decir, que los campesinos pobres y los jornaleros del sur sostienen con su trabajo mal pagado el éxito de la agricultura de exportación del norte. El estudio Los efectos del presupuesto en el sector rural, de la organización civil FUNDAR, dice que la inversión oficial en el campo tiene dos características: que el 52.7% se concentra en las entidades del Norte y el Occidente del país, específicamente en Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Sonora, Michoacán, Guanajuato y Tamaulipas () La otra característica es que el resto del financiamiento, menos del 30%, se destina a estados del Sur: Guerrero, Oaxaca, Chiapas, entre otros. (Aquí volvemos a comprobar que el sur empobrecido subsidia al norte desarrollado, por supuesto con la ayuda de todos los Gobiernos, incluido el actual). Además, este financiamiento presenta una alta regresividad, especialmente en FIRA, donde las y los productores de más altos ingresos, que representan el 3.3% de las unidades de producción, recibieron el 59.3% del financiamiento que otorga esa institución. El abandono de los campesinos pobres y los jornaleros no es un simple error del Gobierno, es un plan premeditado para favorecer la agricultura capitalista a expensas de la de autoconsumo. (Toda la información anterior está tomada del reportaje de Trinidad González, publicado en el semanario Buzos de la Noticia N 997). Esta es la feroz realidad del campo y los campesinos, una realidad que no respalda, de ningún modo, los cantos de victoria del presidente por su política de apoyos directos, sin intermediarios corruptos, que acaba de desenterrar para consumo de su público cautivo. Antes de terminar, hay dos aspectos más de esta amarga realidad. En un artículo publicado también en Buzos y titulado Una economía enferma, un país vulnerable, el Dr. Abel Pérez Zamorano resume así el fruto final de la política agrícola de la 4T: Tampoco es para regocijarse que las importaciones de alimentos vayan a la alza, no obstante los discursos de soberanía alimentaria, discursos comestibles: La caída en la producción de granos básicos como el maíz, trigo, sorgo y frijol ha propiciado que México registre récords en importaciones de esos productos () en los primeros cinco meses del año, el país ha importado 16.7 millones de toneladas de granos básicos, de acuerdo con datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) () un incremento histórico de 13.6% en las importaciones de granos y oleaginosas respecto al mismo periodo de 2020 () (El Sol de México, 21 de junio de 2021). ¿A dónde se fueron los éxitos de la política agrícola de la 4T? Solo vemos mayor dependencia alimentaria respecto a EE. UU., peligrosa situación que nos explotará en la cara el día menos pensado. Finalmente, Homero Aguirre, en su artículo semanal El grito infantil que nadie oye en la 4T, dice: en palabras del Reporte Anual 2020 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil, elaborado por el Departamento del Trabajo estadounidense, Hay menores en México que son sometidos a las peores formas de trabajo infantil, entre ellas la explotación sexual con fines comerciales, a veces como consecuencia de la trata de personas, y a actividades ilícitas, como la producción y el tráfico de drogas. Los niños también realizan tareas peligrosas en la agricultura, entre otras, en la producción de chile, café, caña de azúcar y tomates. (Son los pequeños hijos e hijas de los jornaleros trashumantes que laboran en los campos agrícolas del norte sin ningún tipo de protección laboral. ACM). Los datos de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI 2019), financiada por el Departamento de Trabajo de los EE. UU. () También indican que el 52% de los niños trabajadores realizan trabajos peligrosos y el 25% de los niños trabajadores no asisten a la escuela. (). Esta dura realidad es la que explica que, últimamente, al presidente lo reciben las masas inconformes con quejas, peticiones y manifestaciones de protesta donde quiera que va. No son las organizaciones corruptas, dolidas porque les quitó los moches, como dijo el domingo reciente en Huauchinango, Puebla; son los agraviados por la parcialidad de sus operadores en campo y por el incumplimiento total de sus promesas de ayuda, tal como se lo dijeron de frente los damnificados del huracán Grace. No había por qué meter con calzador a Antorcha Campesina; el presidente solo trató de hurtar el cuerpo a su responsabilidad personal, como lo hace siempre en casos parecidos. Los antorchistas no se esconden nunca cuando salen a protestar; no tienen motivos para hacerlo y prefieren que el país entero sepa de su lucha y de la razón que les asiste. Todos saben esto, y si a pesar de saberlo siguen fingiendo esfuerzo para descubrirlos y denunciarlos, es porque pretenden usarlos como chivos expiatorios de culpas ajenas. Como en Huauchinango. Y como este sucio juego de manos puede repetirse en circunstancias más graves y comprometidas, creo mi obligación el deslinde claro y definitivo de acciones como la del domingo. Ahora que todavía hay oportunidad de hacerlo. Que conste.

Antorcha San Pedro 23.11.2022

LA PERSECUCIÓN A LOS CIENTÍFICOS NO ES UNA RECTA APLICACIÓN DE LA LEY Por: Aquiles Córdova Morán El presidente López Obrador aceptó desde el primer momento que... sabía de la acusación de la Fiscalía General de la República contra 31 científicos por desvío de fondos, operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa, delitos graves los dos últimos que ameritan prisión preventiva oficiosa y penas de cárcel cercanas a la cadena perpetua. Al preguntársele sobre las denuncias, el presidente respondió: Tengo entendido que sí, porque se presume que hubo malos manejos de recursos del Conacyt; sin embargo, esto lo va a resolver el juez y el que nada debe nada teme (Nelly Toche, EL ECONOMISTA, 22 de septiembre). En declaraciones posteriores, sin embargo, dejó ver que no se trata de sospechas, sino de certeza absoluta sobre la culpabilidad de los imputados. Infobae, 26 de septiembre, reseña un artículo del Wall Street Journal: Usa el sistema para perseguir enemigos: el duro cuestionamiento del WSJ a la persecución de AMLO contra científicos del CONACyT. En los dos últimos párrafos, la nota dice: Para el WSJ, las acciones tomadas por López Obrador contra la comunidad científica no tienen razón de ser, aunque el presidente remarque que los miembros tenían demasiadas influencias sobre los gobiernos anteriores para obtener dinero usado en lujos y viajes al extranjero. Fue una especie de chantaje y había que darles estos fondos () y cuando eso desapareció, esa extravagancia, esos lujos, ese desperdicio, se quejaron de que no estamos invirtiendo en ciencia, que no nos importa la innovación tecnológica (las negritas en el original). Aquí se ve que aquello de esto lo va a resolver el juez fue un truco verbal para dar la falsa imagen de que su gobierno es respetuoso de la ley y de la división de poderes, pero, en los hechos, el presidente se arroga el papel de fiscal y juez; acusa y sentencia sin aportar prueba alguna, y sus sentencias no tienen más sostén que el poder que le otorga la investidura presidencial, poder que no lo autoriza para desempeñar esas funciones. Se trata, pues, de una extralimitación de sus facultades legales y de un peligroso abuso de poder. Hay más. En Palacio Nacional, López Obrador exhibió un informe del Conacyt en el cual se asegura que entre 2002 y 2018, la asociación Foro Consultivo Científico y Tecnológico recibió 471 millones de pesos del erario para pagar restaurantes de lujo, viajes, choferes y hasta los impuestos de 40 personas. Dijo el Presidente: es un grupo predilecto del régimen anterior, como ya no se pueden mantener los privilegios, pues ahora se sienten perseguidos (no, no se sienten, son perseguidos, ACM) () que se investigue y, si hay corrupción, que se castigue (pero él acaba de asegurar que sí hay corrupción, ¿para qué investigar entonces? ACM), ¿por qué castigar solamente a los pobres, a los que no tienen con qué pagar su inocencia, que no tienen agarraderas, que no son influyentes? Se tiene que acabar la impunidad (Gil Gamés, MILENIO, 27 de septiembre). Formalmente visto, este planteamiento es correcto, inatacable; y es, además, un tiro certero a la sensibilidad de la población, que lo hace suyo sin ninguna duda. Nadie en sus cabales se atrevería a sostener que un científico, por el solo hecho de serlo, es insospechable de cualquier delito, de corrupción en particular. Y menos todavía que solo se debe perseguir a los eslabones más débiles de la cadena de la corrupción nacional y se deje impune la de los poderosos e influyentes. Todo esto es inobjetable pero de ningún modo prueba la culpabilidad de los 31 acusados ni da derecho al presidente para enjuiciarlos y condenarlos. Sí demuestra, en cambio, lo erróneo de querer defenderlos apelando exclusivamente a su elevada educación, puesto que eso no implica necesariamente que sean incapaces de corrupción. Creo incluso que no se gana mucho ni siquiera enumerando puntualmente sus aportaciones a la ciencia o a la innovación tecnológica, junto con el beneficio que reciben con ello la productividad del trabajo y al bienestar común. Aun en este caso, el argumento seguiría siendo frágil y sencillo de desbaratar, como lo ha exhibido AMLO. ¿Qué hacer entonces? Naturalmente que no pretendo dar lecciones a nadie; mi propósito es más modesto: exponer mi opinión y que los posibles lectores saquen sus propias conclusiones. Desde el inicio del gobierno de la 4 T, los antorchistas nos hemos guiado por la seguridad de que a dicho gobierno y a su jefe máximo, el presidente López Obrador, se les puede juzgar, y criticar en su caso, desde dos puntos de vista opuestos: desde la izquierda y desde la derecha o, como lo hemos manifestado en lenguaje coloquial, por lo que le falta o por lo que le sobra a su proyecto de transformación y de bienestar de las mayorías. Ambas críticas, aunque se atengan rigurosamente a los principios en que se funda cada una de ellas, forzosamente tendrán que coincidir más de una vez en sus conclusiones, lo que puede llevar a la opinión pública no especializada a considerarlas como lo mismo, como idénticas entre sí. Un ejemplo breve. Ambas corrientes coincidimos en que el control de los precios del gas (y cualquier control de precios en general), es un error que tarde o temprano nos llevará (nos está llevando ya) a la escasez del producto y a un descontrolado mercado negro que elevará los precios por arriba del nivel que tenían antes de que se dictara la medida. Sin embargo, la crítica de la derecha defiende con eso el principio neoliberal de la libertad absoluta del mercado, es decir, el libre funcionamiento de la ley de la oferta y la demanda que, a su juicio, restablecerá por sí sola el equilibrio entre consumidores y vendedores. Olvidan que precisamente la dura situación que quiere remediar López Obrador es fruto de esa libertad absoluta de la mencionada ley. Por tanto, lo sepa o no, esa crítica busca restablecer lo que había, dejar las cosas tal como estaban; es oponerse al cambio, como los acusa AMLO. Los antorchistas, en cambio, siempre hemos creído que lo que hace falta no es el control de precios de uno o dos productos básicos, sino una reforma completa, profunda y racional de toda la economía, de todo el aparato productivo del país. Pensamos que solo eso puede mejorar en serio la capacidad adquisitiva de la población menos favorecida. Queremos una economía con inversión creciente, con PIB a la altura de las necesidades de empleo y de bienestar; con innovación tecnológica de vanguardia (aquí se ve, de paso, la urgencia de contar con científicos e investigadores bien pagados, en vez de regatearles recursos inventándoles delitos) para elevar la productividad del trabajo, bajar los precios y mejorar los salarios; con una reforma fiscal que dote al gobierno del dinero suficiente para impulsar la economía y para atender necesidades sociales básicas como salud y educación de calidad. Queremos un Estado actuante en la economía, pero sin rebasar su función de regulador y propulsor de la inversión; sin convertirse en un mal competidor de la empresa privada. No le apostamos a un Estado pasivo, un simple gendarme del interés privado. He aquí la diferencia entre crítica de derecha y crítica de izquierda. Volvamos, para terminar, al caso de los 31 investigadores perseguidos. Lo que yo califico de correcto en las palabras del presidente, lo es en efecto, incondicionalmente incluso, mientras se mueva en el terreno de lo general y abstracto; pero tan pronto se intente aplicarla a un caso concreto, su validez, como la de cualquier verdad general, queda sujeta a las circunstancias de lugar y tiempo. En el caso que nos ocupa, el absurdo resulta obvio porque parte de dar por cierto lo que el juez debe investigar y demostrar. Eso se llama petición de principio o círculo vicioso y su falsedad es automática. Y esto es cierto independientemente de que los acusados sean culpables o no. Adelantar la conclusión del juicio y hacerlo además sin ser fiscal ni juez, es violar el derecho al debido proceso y la presunción de inocencia; es una grosera usurpación de funciones y un inaceptable abuso de poder. Es un error prejuzgar aunque sea para defender a los acusados, es caer en el mismo vicio que el presidente. Yo no tengo elementos ni capacidad jurídica para decidir si los 31 acusados e infamados públicamente son inocentes o no; tendría que apoyarme solo en su carácter de científicos e investigadores, que es justamente el error de quienes los defienden desde la derecha. Y ya vemos qué tan sólida ha resultado esta defensa ante los embates presidenciales y quizá ante buena parte de la opinión pública que ve las mañaneras. Coincido en que los acusados son víctimas de la manipulación de la ley y del abuso del poder presidencial, pero veo de modo distinto la cuestión de en qué radican exactamente esa injusticia y abuso de poder. La línea de la derecha conduce indefectiblemente al error implícito de que la jerarquía social, mientras más alta, mejor garantiza la recta conducta y la honradez sin fisuras de las personas. Y, por el contrario, que la pobreza es sinónimo de delincuencia. No comparto este punto de vista. Rechazo el abuso de poder presidencial, la arbitrariedad brutal en la aplicación de la ley y la sevicia persecutoria y vengativa con que se está tratando a 31 ciudadanos mexicanos, independientemente de su profesión. Me solidarizo incondicionalmente con ellos porque creo que si ahora los dejamos solos, mañana nadie levantará la voz por nosotros. Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar. (Poema del pastor alemán Martin Niemöller, erróneamente atribuido a Bertolt Brecht) ¡Por esto me uno a la protesta nacional en favor de los 31 científicos e investigadores, declarados culpables al margen de la ley y sin respetar su derecho al debido proceso! ¡Que el presidente cumpla sus palabras y se abstenga de intervenir y de seguir viciando el proceso, como lo exige la verdadera justicia! Hablo por el antorchismo nacional.

Antorcha San Pedro 22.11.2022

Advierten que AMLO pretende entregar Latinoamérica a Estados Unidos a través de la CELAC * Aquiles Córdova Morán hace un llamado a los mexicanos a identificar las mentiras de la 4T y defender la soberanía nacional. ...Continue reading

Antorcha San Pedro 22.11.2022

El arte, elemento de Antorcha para el crecimiento de México Por: Pablo Pérez García, dirigente del Movimiento Antorchista de Coahuila A pesar de los estragos q...ue han causado a la gran mayoría de mexicanos la pandemia de covid-19 y las equivocadas políticas de la 4t que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento Antorcha Nacional continúa trabajando por erradicar los grandes males que aquejan al país mediante diversas estrategias que contribuyen a elevar el nivel y calidad de vida de nuestros compatriotas. Sin abandonar la lucha por continuar siendo la mejor opción para el pueblo, una vez que los antorchistas, unidos como uno solo tengan el poder político de la Nación para instrumentar una justa y equitativa repartición de la riqueza y donde cada familia cuente con las herramientas suficientes para su superación, es que desde esta organización se atienden otros puntos importantes como el de la cultura y la educación. Por ello es que el Movimiento Antorchista Nacional, a través de su Comisión Cultural, se dio a la tarea de llevar a cabo el IX Concurso Nacional de Voces de manera virtual el pasado 25 de septiembre, a través de la página de Facebook del Movimiento Antorchista. Con ese tipo de eventos se demuestra una vez más el trabajo cultural que realiza el Antorchismo a nivel nacional y que lo ha hecho durante 47 años de existencia. Nuestra organización, hace arte porque así lo demanda la labor política organizada, con educación de un auténtico movimiento que pueda dirigir los derroteros de este país en un futuro cercano, tal como ha dejado constancia Juan Celis Aguirre, líder del Movimiento Antorchista en Puebla y presidente de la Comisión Nacional Cultural. Cabe destacar que como el año pasado, la pandemia ha impedido realizar el IX Concurso Nacional de Voces que se organiza anualmente de manera presencial en el Auditorio Gota de Plata, en Pachuca, Hidalgo, por lo que nuevamente se llevará al formato virtual y se presentará solo a los ganadores de todo el país. Estamos ciertos que la música popular como parte de las artes que cultivan los pueblos es parte importantísima de su alma misma, en donde se refugia y alimenta la voluntad y la fuerza que le dan identidad a las aspiraciones nobles y creativas de los espíritus rebeldes e indomables de las masas, siempre dispuestas a sentirse parte integrante de un pueblo orgulloso, irredento y libertario, para defender lo propio. Ello lo saben los poderosos de siempre, los opresores del pueblo y es por eso que en nuestro sufrido país, la burguesía criolla difunde con esmero y con enjundia toda esa basura que llama ‘música’, a través de todos los medios a su alcance, que son muchos y muy poderosos. En ese sentido, todo está rigurosamente planeado para someternos y llevarnos hasta aborrecer y despreciar la mínima creación auténtica y libertaria de los auténticos genios artísticos que ha parido a montones nuestro México. En el Movimiento Antorchista estamos empeñados en seguir difundiendo la música popular mexicana, ya que los géneros que se interpretarán son el bolero y la música ranchera, con dos categorías cada una, juvenil (de 16 a 18 años) y la libre obrero, campesino y popular (35 años en adelante). Para todos los interesados en participar, el concurso, se llevará a cabo el próximo 25 de septiembre de 2021 a través de la página de Facebook del Movimiento Antorchista Nacional, en el cual podrán participar los amigos militantes y simpatizantes de Antorcha. También lo podrán hacer todos aquellos para quienes la cultura sea uno de los aspectos fundamentales que lleven a los mexicanos a mantenernos unidos para ir construyendo la patria que realmente merecemos y que habremos de heredar a nuestras nuevas generaciones. Un pueblo con cultura, difícilmente podrá ser sometido al capricho de malos gobernantes, por ello es que se brinda la oportunidad de que los mexicanos manifiesten sus inquietudes y mediante el arte esgriman sus legítimas aspiraciones, esas que sin duda tienen que ver con mantenernos unidos para terminar con los grandes problemas que asfixian a nuestro país y que no han sido atendidos por quienes actualmente ostentan el poder. See more

Antorcha San Pedro 22.11.2022

Alto a la abusiva campaña que AMLO orquesta desde el poder presidencial: exige Antorcha * Exigimos que el presidente no calumnie a millones de mexicanos antorchistas...Continue reading

Antorcha San Pedro 22.11.2022

PERO, ¿HAY LECTURAS PARA EL PURO PLACER? Por: Aquiles Córdova Morán No hace tanto que las declaraciones de un alto funcionario de la Secretaría de Educación Pú...blica (SEP) de nombre Marx Arriaga, encargado de revisar y editar los libros de texto gratuitos, provocaron revuelo y airadas protestas de varios y respetados profesionales de la pluma. Sucede que Arriaga, hablando de la necesidad de una educación revolucionaria para los niños, sostuvo que leer por puro placer es una simple manifestación de consumismo. Quienes objetaron esa afirmación, defendían esa lectura como inofensiva y como un derecho inalienable de las personas; incluso como una necesidad para todo el que quiera adquirir una cultura o mejorar la que ya posee. Hubo quien publicó un recuento bastante completo de las muchas lecturas placenteras de Marx, a cuya autoridad teórica se acoge Arriaga, como lo manifiestan las oportunas citas de sus autores favoritos repartidas en todas sus obras. En síntesis, las contrarréplicas (al menos las que yo pude leer) aceptaban, expresa o tácitamente, la existencia de un tipo de literatura cuyo propósito exclusivo es procurar placer al lector. La polémica se sintetizó en la siguiente disyuntiva: ¿hace bien o mal leer solo por placer? En mi modo de ver, se trata de una falsa disyuntiva, porque hace falta demostrar, primero, la existencia de este tipo de obras: ligeras, carentes de todo contenido profundo, fáciles de entender sin esfuerzo. Y esto sin mencionar todavía que la afirmación de Arriaga es todavía más inconsistente, que entraña serios peligros para la formación de la juventud mexicana y para el fomento a la cultura. Creo, además que entraña un ataque implícito a los fundamentos filosófico-políticos del modelo socioeconómico vigente, lo que debe calificarse como una peligrosa extralimitación de funciones de un alto funcionario con capacidad ejecutiva y cuyas responsabilidades están legalmente acotadas. Comienzo por lo primero. Es un error evidente, o violencia innecesaria al recto sentido del concepto, llamar consumismo a la lectura de obras de creación (en concreto poesía, drama, cuento y novela) que, por razones muy suyas, disgustan o repugnan al señor Arriaga. En la jerga económica al uso, consumismo es la adquisición de cualquier tipo de bienes o satisfactores en cantidad y variedad excesivas, es decir, que rebasan sobradamente la necesidad real de la persona que los adquiere. Dicho de otro modo: consumismo es gastar sin freno y sin justificación racional, y consumir en demasía todo lo que puede adquirirse en el mercado o lo que el ingreso personal permita. En nuestro caso, el consumismo solo puede significar comprar libros sin tasa ni medida, por el puro gusto de acumular, a sabiendas de que jamás se podrán leer (aquí se antoja preguntar: ¿habrá gente capaz de semejante locura?). El consumismo, pues, en materia de libros, significa exactamente lo contrario de lo que denuncia y condena Arriaga: no el exceso sino la falta de lectura de los libros adquiridos. Más aún, ¿hay un límite preciso para la lectura de libros de cualquier naturaleza, más allá del cual se justifica hablar de exceso de consumo? ¿Cuál es ese límite y como se mide en un caso determinado? Es evidente que tal límite no existe, por lo que toda taxativa, venga de quien venga, es arbitraria y un abuso de autoridad. Alguien ha dicho, y yo concuerdo con eso, que la buena lectura es la única adicción que las personas pueden y deben cultivar. La introducción aquí del calificativo de consumismo es tan apropiada como la de Poncio Pilatos en el Credo. No ignoro que la condena de este Marx se dirige no al aspecto cuantitativo sino al cualitativo del consumo de libros. Él no acepta la lectura de obras placenteras ni poco ni mucho porque, aunque no lo dice expresamente, es claro que las considera inútiles y hasta nocivas para el lector. Tampoco se atreve a formularlo con palabras, pero su condena es un llamado a echar al basurero toda la creación literaria de la humanidad, desde la epopeya de Gilgamesh, la más antigua obra escrita que se conoce, hasta autores recientes como Dan Brown y similares, pasando por la literatura greco-latina, origen y base de la cultura occidental. Así pues, al hacer a un lado lo de consumismo, se hace visible la semejanza de criterios entre Arriaga y Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, el que ordenó a Alemania quemar las obras de los autores consagrados que no abonaran a la ideología racista y genocida del Tercer Reich. Que quede claro: no estoy acusando a Arriaga de nazi; digo que coincide con Goebbels en la idea de que todo régimen nuevo que intente sobreponerse al que existía, necesita destruir, o al menos prohibir terminantemente, las obras creadas por el genio humano antes del arribo de la revolución en marcha. A pesar de las diferencias claras, el objetivo es el mismo: colocar una venda sobre los ojos al pueblo para conducirlo dócilmente a donde los poderosos quieran. Fue el mismo error de Mao Tse-Tung (grafía antigua) quien, a pesar de sus inmensos méritos revolucionarios, quiso constreñir el pensamiento del pueblo chino a las pocas sentencias sacadas de su obra y sintetizadas en el famoso libro rojo mediante la revolución cultural. El error cobró su sangrienta factura a los epígonos del maoísmo luego de la muerte del Gran Timonel, en septiembre de 1976. El error estriba en olvidar que el propio Marx subrayó siempre que el triunfo de las ideas nuevas sobre las viejas no se alcanza mediante el uso de la fuerza y la represión del pensamiento libre, sino secando la fuente económico-social de donde se alimentan mediante la transformación revolucionaria de la vida de las masas. Eso es suficiente para que se extingan por sí solas, lo que no elimina, por supuesto, la necesidad de lucha ideológica. Es el mismo error que comete Arriaga al querer imponer la ideología de la 4 T prohibiendo la lectura de los clásicos y sustituyéndola por cápsulas de un marxismo reduccionista, dogmático y petrificado a través de los libros de texto gratuitos. En lugar del pensamiento vivo y original de Marx, Engels y Lenin, pequeñas dosis de ese batiburrillo confuso y contradictorio que es la filosofía de la 4 T. Quienes así piensan, desconfían de la penetración y capacidad de convicción de su propia ideología y de la destreza crítica de los educandos. Y tienen razón en esto último, porque la capacidad de análisis riguroso no es innata en el individuo, sino producto de su educación. Por eso, en vez de prohibirle leer libros placenteros, hay que enseñarlo a pensar de modo disciplinado, sistemático y penetrante; hay que dotarlo de una herramienta mental capaz de abrir las entrañas a la realidad, analizar su contenido y someter sus conclusiones a la prueba de la práctica. Con esto, se le puede soltar para que navegue solo en el complejo y contradictorio mar del pensamiento humano, sin peligro de que fracase y se ahogue. Pero Arriaga comete un error todavía más significativo y determinante mediante el cual deja claro que no se ha ocupado en serio de estudiar la verdadera naturaleza de la creación artística. No sabe que el motor que impulsa al artista a crear no fue nunca, ni es hoy, el de crear belleza, y menos una belleza superficial para deleite del espectador zafio; que lo que lo mueve es algo más complejo, profundo y difícil de captar en su obra terminada. Todo verdadero artista está poseído del espíritu fáustico, es decir, del deseo irrefrenable de inmovilizar el instante, de eternizarlo, de anular su carácter efímero y fugaz. Por eso intenta crear algo capaz de superar la acción del tiempo, es decir, capaz de abolir el cambio y el movimiento eternos, aunque solo sea en su obra. Todo artista es un cazador de eternidad. Así se explica, por ejemplo, que el desarrollo de la pintura siga una línea descendente de lo concreto a lo abstracto: de la copia simple e ingenua de las cosas a su artización cada vez mayor para hacerlas menos parecidas al original; de aquí pasa a la prescindencia absoluta de todo modelo exterior y lo sustituye por sus propias sensaciones, emociones y sentimientos, hasta llegar al intento de plasmar solo conceptos, y conceptos de lo abstracto, no de lo material-concreto. Con razón o sin ella, el artista cree que cuanto más alejada se halle su obra de la realidad concreta, más cerca se hallará de su meta de alcanzar la eternidad. El camino para avanzar en esta dirección es ir de lo singular a lo general, a lo universal, hacia la abstracción cada vez mayor. La obra de arte puede definirse como la búsqueda de lo universal a partir de lo singular-concreto. A pesar de esto, todo artista refleja en su obra la concepción filosófica, social y política del lugar y la época que le tocó vivir, e incluso de la clase social a la que pertenece, aunque él crea y sostenga lo contrario. Toda obra de arte es tendenciosa, toma partido, aunque no de un modo directo y panfletario, por una determinada concepción del mundo y de la vida social. Por eso quien la contemple o la lea, si no está pertrechado con un método de análisis afilado y con un criterio firme de verdad, corre el riesgo de ser confundido y atrapado por el artista, como teme Arriaga. Pero el verdadero creador, si quiere acercarse a lo eterno, debe ser siempre riguroso y veraz en lo que hace o dice. Por ello su creación resulta muchas veces lo contrario de lo que se propone; un reaccionario termina creando una obra revolucionaria contra su voluntad, porque refleja la realidad de manera más precisa, vívida y revolucionadora de conciencias que los áridos esquemas de los tratados de sociología y economía. Ejemplos clásicos son el Quijote de Cervantes; Las Almas Muertas de Gógol, un místico que murió siendo monje, que denunció la feroz explotación del mujik, que continuaba incluso después de su muerte; o Resurrección, de Tolstoi, noble terrateniente y místico también, que trazó un cuadro insuperable de la miseria y la explotación del campesino ruso, con el cual contribuyó a la maduración de la Revolución de Octubre. Estas novelas, y muchas más que no menciono por razones obvias, caen en la categoría de lecturas de puro placer según Arriaga. Pero se equivoca como acabamos de ver. No hay obras revolucionarias y reaccionarias por sí mismas, útiles o perjudiciales para educar al individuo; solo hay obras malas, vulgares y zafias y obras geniales que educan, y mucho, a cualquiera que las conozca. Obras que representan una manera distinta, a veces insuperable, de conocer la realidad, siempre y cuando se esté bien preparado y mejor entrenado para aprovecharlas. En caso contrario, pueden resultar dañinas y tóxicas, pero no por culpa del autor o de la obra, sino de quien se mete a cohetero sin saber manejar la pólvora.

Antorcha San Pedro 22.11.2022

Despido de trabajadores de la Salud en Oaxaca, grave golpe por contubernio de AMLO y Murat * Llama Antorcha a la unidad entre trabajadores del sector Salud para enfrentar los más de 2 mil despidos....Continue reading

Antorcha San Pedro 21.11.2022

Gracias antorcha.

Antorcha San Pedro 21.11.2022

A su ma'...! Gracias antorcha...

Antorcha San Pedro 21.11.2022

POLÍTICA INTERIOR Y EXTERIOR DE LA 4T Por: Aquiles Córdova Morán Con motivo del 238 aniversario del natalicio de Simón Bolívar, el presidente de México pronunci...ó un discurso ante los 33 cancilleres de los países latinoamericanos y caribeños, que algunos medios destacaron como una pieza oratoria extraordinaria por su coherencia y propuestas para el futuro de América Latina. Leí con atención la versión escrita y encuentro que, de una parte, contiene, en efecto, planteamientos inobjetables sobre temas de gran actualidad, verdades conocidas y aceptadas desde hace mucho por los países latinoamericanos, pero que nunca había hecho suyas el Gobierno de México. De otro lado, sin embargo, encuentro planteamientos de importancia mayor quizá para el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos, íntimamente zurcidos con los primeros, como tenía que ser, que me resultan bastante más deleznables y discutibles. Hablando con franqueza, los hallo ingenuos, flagrantemente contradictorios o abiertamente falsos, por lo cual debilitan o anulan las tesis plausibles y ponen en duda la sinceridad del orador. Entre las verdades incuestionables hay dos que deseo destacar. La primera es la relativa a la OEA: La propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie (la alusión a los EE. UU. resulta evidente) sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y de democracia. (EL ECONOMISTA, 24 de julio de 2021). En efecto, es conocida la historia de la OEA como cincho de hierro para conservar, unida y disciplinada, a toda América Latina dentro de la órbita norteamericana y, más tarde, incluso como brazo militar para sofocar los movimientos de insurgencia popular bajo el pretexto de combatir el comunismo y defender la libertad y la democracia. La OEA cobijó golpes de Estado contra gobiernos latinoamericanos legalmente establecidos; colaboró con dictaduras sangrientas como las de Stroessner en Paraguay, Videla en Argentina y Pinochet en Chile y expulsó a Cuba de su seno (con la honrosa excepción de México), argumentando que su sistema era incompatible con la democracia. Se ganó a pulso el mote de ministerio de Colonias de Norteamérica. Bajo otras formas, hoy sigue siendo esencialmente lo mismo, y es esto lo que le da su importancia y vigencia al planteamiento de López Obrador. El otro pronunciamiento justo es el relativo a Cuba: Existe un caso especial, el de Cuba, el país que durante más de medio siglo ha hecho valer su independencia, enfrentando políticamente a los Estados Unidos; podemos estar de acuerdo o no con la Revolución cubana, pero el haber resistido 62 años sin sometimiento es toda una hazaña. Y una propuesta: por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad y esa isla merece ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia (La Jornada de Oriente, 29 de julio de 2021). Nada tengo que agregar a esto, salvo que Cuba no necesita tantos premios simbólicos o medallas al valor como la solidaridad activa y efectiva de los miembros de la CELAC y de todas las naciones soberanas del mundo. Pero El portal FOREIGN AFFAIRS Latinoamérica dice: Lo central de esta pieza oratoria es que el presidente compartió una serie de razonamientos geopolíticos que aluden a una pregunta fundamental: ¿cómo plantear la relación con Estados Unidos en el contexto de la disputa hegemónica entre Beijing y Washington? ¿Qué debe hacer Latinoamérica? Para los autores del artículo, la respuesta de López Obrador es de una lógica realista, según la cual la paz internacional depende de que exista un equilibrio de poder entre las potencias del sistema. Ese equilibrio corre el riesgo de romperse si la economía norteamericana se debilita más al tiempo que mantiene su superioridad militar, mientras la economía china sigue fortaleciéndose como hasta ahora. Esto aumentaría en EE. UU. la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza. El resultado sería una guerra en que perderíamos todos, especialmente los países vecinos de ambas potencias. ¿Cómo evitarlo? Para el presidente mexicano, el conflicto sino-estadounidense podría abrir la puerta a un periodo de cooperación y de entendimiento históricamente singular entre Estados Unidos y América Latina. Ambas partes deberían apostar a un renovado diálogo interamericano dirigido a construir un bloque capaz de fortalecer económica y comercialmente al continente (es decir, a todos sin excepción; ACM) para competir mejor con las regiones más dinámicas, en el mundo. A cambio de conducirse con respeto irrestricto a la autonomía política de los países latinoamericanos y caribeños, Washington podría obtener una colaboración que dificultara el avance de China en la región (revistafal.com, julio de 2021). En pocas palabras, López Obrador propone formar un frente único entre América Latina y Estados Unidos para fortalecer la economía norteamericana y, por esa vía, frenar el avance de China en el Continente Americano. Una alianza anti-china y pro-yanqui es la novedad que propone AMLO, a cambio de que Washington se comprometa a respetar la autonomía política de sus vecinos del sur. Lo primero que se antoja preguntar es: ¿Y qué pasaría entonces con la nueva alianza soberana que antes se propuso para reemplazar a la OEA? ¿Es pura cortina de humo para esconder el verdadero objetivo de una entrega al imperialismo más completa y monolítica que la de la OEA? Es verdad que en otra parte del discurso se habla de crecimiento económico y desarrollo del comercio con Estados Unidos, pero nunca se precisa cómo se podrá lograr eso. Se recurre al ejemplo del T-MEC, pero se olvida aclarar que, aunque bajo otro nombre, esta panacea lleva cerca de 30 años en México sin haber dado nada parecido a lo que ofrece AMLO a la CELAC para engatusarla (si se deja). Si, concediéndole el beneficio de la duda, aceptamos que sus palabras son sinceras, solo queda el recurso de pensar que no conoce a fondo el asunto de que habla; no domina la geopolítica contemporánea ni entiende la verdadera esencia del capitalismo, de la economía basada en la producción de mercancías para maximizar la ganancia del empresario y no para satisfacer las necesidades sociales. Que desconoce el carácter objetivo, necesario, de las leyes que determinan su desarrollo hasta su etapa imperialista actual y le imponen la política neoliberal, precisamente en busca de la máxima ganancia. En caso contrario, vería fácilmente lo disparatado que resulta proponer alimentar al león para que, ahíto de carne, renuncie a cazar cervatillos y de ese modo garantizará la paz permanente el depredador y su víctima. Se daría cuenta sin esfuerzo que, mientras más fuerte y poderoso se sienta el león, con más energía y arrojo se lanzará sobre su presa, simplemente porque lo obliga su propia naturaleza. Es decir, que mientras más fuerte sea el imperialismo alimentado por América Latina, más cerca estaremos de la guerra. Lenin escribió hace más de un siglo que mientras exista el imperialismo no habrá paz, porque su esencia es la conquista de los débiles. La paz, para él, es solo un respiro que aprovecha para preparar la guerra siguiente. O como alguien dijo de Alejandro: en cada territorio sometido solo ve una nueva frontera que conquistar. Es ingenuo, pues, creer que la CELAC, guiada por la teoría geopolítica de AMLO, puedan cambiar la naturaleza depredadora del capital; que basta con explicarle la necesidad y las ventajas de una convivencia pacífica y de respeto mutuo con sus vecinos del sur, a cambio de la leal cooperación de estos en su guerra contra China. Creer que es posible convencerlo de que renuncie a su deseo irrefrenable de dominio mundial, rendido ante la elocuencia de las razones de López Obrador. Y el absurdo es mayor cuando habla de sumar la fuerza de todos los países del continente americano y así construir un frente común, donde la primera y fundamental máxima debería ser la de jamás mezclarnos en los embrollos de Europa. La segunda, nunca permitir que Europa se inmiscuya en los asuntos de este lado del Atlántico (EL FINANCIERO, 28 de julio). Para fundamentar este despropósito añade otro: cita frases del ideario de Thomas Jefferson y James Monroe, el creador de la frase de América para los americanos. Ignora que la historia desnudó hace tiempo la hipocresía de Monroe, cuyo verdadero interés no era defender América de la ambición europea, sino dejar sentado su derecho a disponer de todo el continente americano como su coto exclusivo de caza. La soga en casa del ahorcado. Y hay otro error inmenso en la geopolítica de AMLO cuando equipara a China y EE. UU. como dos imperialismos igualmente voraces que compiten por engullirse al mundo. No ha estudiado la entraña de ambos sistemas y desconoce por eso sus intereses geopolíticos; no ve que China pugna por una sociedad igualitaria y por el bienestar compartido de todos sus ciudadanos, mientras Estados Unidos se desvela por cuidar los intereses de los grandes monopolios transnacionales y garantizar su irracional concentración de la riqueza a costa de la miseria y el hambre de la humanidad. China necesita y defiende un mundo multipolar, con verdadera cooperación internacional; EE. UU. quiere adueñarse de toda la riqueza del planeta en beneficio de sus monopolios. ¿Cuál de las dos potencias resulta el aliado natural de la CELAC soberana que propone AMLO? En los hechos, pues, AMLO quiere la unidad latinoamericana como instrumento para llevarnos a una integración mayor con el imperio, es decir, a una entrega total de Latinoamérica en manos de quien siempre la ha visto como su patio trasero donde puede hacer lo que le venga en gana, como bien lo sintetizó James Monroe, el héroe liberal de AMLO. Así se explican los exagerados elogios de los medios y columnistas partidarios de la globalización y el neoliberalismo. Por otro lado, se escuchan y leen duras críticas a las ayudas enviadas a Cuba y a otros países en problemas con la vacuna anti-Covid-19; y ahora critican y satirizan la asistencia del presidente cubano Miguel Díaz-Canel al bicentenario de nuestra independencia. Estoy en franco desacuerdo con ambos puntos de vista y por eso decidí dar mi modesta opinión. La solidaridad fraterna y efectiva con nuestros hermanos y vecinos que la necesitan son inobjetables y dignas de aplauso en sí mismas. El problema nace en otro lado: en la incongruencia (una más) del presidente, que parece haber olvidado su slogan de campaña: La mejor política exterior es la política interior. Pero aquí su generosidad exterior se da de bofetadas con el abandono y la irresponsabilidad con que atiende idénticas necesidades de los mexicanos menos favorecidos, y es de aquí que brotan las merecidas críticas al presidente. Pero, ¿qué culpa tienen de eso Cuba y el presidente Díaz-Canel? ¿Quién puede reprocharles aceptar y agradecer la ayuda de México en medio de un mundo hostil e insensible, sometido a la voluntad del imperio? Para entenderlo así, basta que las personas bienintencionadas se pongan por un momento en los zapatos de los hermanos cubanos. Por eso, ¡bienvenido a México, presidente Díaz-Canel!



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