Alastor

. Alastor tiene pocos recuerdos agradables de su infancia, todo un niño inocente que se emocionaba por la Navidad al igual que el resto de ...infantes que eran sus vecinos y aunque fuese muy entusiasta, no duraba mucho, ya que su madre detestaba las fiestas desde que el padre los abandonó sin pena alguna de su familia. En estos meses en el infierno, aún tiene idea de como llevar el tiempo al mundo mortal: Sin duda es fiestas al fin de mes. ¿Alastor sabes cómo es la navidad? Preguntó Charlie. No hay mucho, yo no celebré jamás. Mintió el demonio. Evadió responder con total honestidad, ni estaba obligado a serlo y mucho menos compartir recuerdos de su inexistente humanidad. Debido a que Angel Dust se entrometió para saber de qué hablaban, aprovechó en retirarse antes de que pudiese cuestionarle algo personal. Sí, de hecho, mientras menos supiesen de él, estaría a salvo; eso es lo más acertado y firme que ha pensado. ¿Y Alastor, ya se fue? Preguntó Angel. Charlie rió un poco y asintió Se fue hace poco. ¡Diablos! Siempre huye de mí. Decía Angel con cierta irritabilidad. Paseó por los pasillos del hotel, agradeciendo que Nifty no esté y tampoco Husk; solo esperaba que Charlie no salga con alguna de sus locas ideas de intentar celebrar las mismas cosas que los humanos. Eso sería lo más estúpido luego de la idea de redención. Mai que pasaba por ahí, quitando el polvo de los adornos y cuadros del pasillo. Se encontró con Alastor, apenada como siempre lo fue, atinó hacer una pequeña reverencia. Señor Alastor, limpiaba un poco... Cariño, ¡Sonríe! No estás vestida si no tienes una linda sonrisa como la tuya. Comentó con un fingido entusiasmo. Al...Digo, señor Alastor ¿Usted recuerda estas fechas? Preguntó repentinamente Sé que no debí oír la conversación, pero me gustaría...Lo siento. Guardó silencio. Alzó ambas orejas de ciervo con mucho interés de lo que diría, sonaba firme y segura, pero se llevó con la decepción de que seguía tan sumisa como avergonzada de siempre. Dilo. Mai nerviosa por la breve insistencia del demonio, lo dijo un tanto rápido La Navidad que pasamos juntos fue la más especial para mí y quisiera que suceda de nuevo. Confesó con el rostro totalmente rojo. Uh. Odiaba que ella fuese una de las principales razones de recordar sus días de humano. . . . Sí, todo inició al conocerla y al llegar el invierno, solía quedarse en casa sin hacer mucho. Salía a recoger ramas, pero esa Navidad había cambiado totalmente ante la alegría de la joven brillante Mai, que adornó por cuenta propia el lugar con manualidades coloreadas de rojo, verde y blanco; aquel vestido de color rosado la hacía verse como un dulce ángel bendecida por la belleza de Dios. La odiaba, pero también le gustaba lo hermosa que se ve. Sí, admitía que era muy bella, simplemente no era de expresarse. Podía recordar perfectamente como ella salía con una canasta en mano, comprando flores para adornar la mesa para la cena y Alastor aburrido, viéndose obligado a cortar un estúpido pino porque no toleraba verla triste cuando le negaba algo. Usó su hacha. Maldita Navidad. Insistió cortando el pequeño pino rápidamente hasta verlo caer. ¡Que genial! Exclamaba la chica asiática de amplia sonrisa y ese entonces ella le ofreció una flor de narciso Para ti. Alastor se limpiaba el sudor con su pañuelo hasta que el detalle de la menor le dejó confundido ¿Y por qué? Mai bastante convencida, ocultó de la flor y le mostró un muérdago. Por tradición Al. ¿No piensas que te besaré por esa cosa o si? Atacó directamente, mostrándose algo molesto. Odiaba que ella aproveche de su belleza con él, era la única. Vamos, Al. Decía entre ligeras risas la menor. Bien. Respondió en seco, sus manos que siempre sirvieron para matar a muchas personas ahora temblorosas tocaban de las mejillas ruborizadas de la menor. Con todo el cuidado y delicadeza la tomó, acercándola hacia su propio rostro y finalmente dejó un pequeño beso sobre esos labios tan suaves. Mai se quedó pasmada, casi inmóvil y a pesar que Alastor le pasó toda la palma de la mano cerca al rostro contrario. Ella no reaccionaba Oh por Lucifer. Luego de ese momento sumamente cursi que parece que le hizo experimentar cierta felicidad, dejó que la menor se encargue del resto. Él solo la ayudaba cuando no podía alcanzar a lugares altos o sostener de la bandeja de pavo al horno. Todo olía perfectamente bien hasta el chocolate caliente, una navidad en compañía de una señorita brillante o llenar de luz; ella cantaba hermosos villancicos para él hasta tocaba del piano para entretenerlo o le leía sus libros favoritos para darle los mejores momento. Definitivamente la habían criado para ser una excelente esposa...¿Esposa? Sí, así era la sociedad de mierda. Mai...Gracias por estar a mi lado en este día. No recuerdo haber celebrado la Navidad antes. Aprovechó en admitir, mientras está acostado en la alfombra. Y claro, Mai le permitió apoyar su cabeza sobre sus piernas. Iniciaba sutiles caricias por los oscuros cabellos del mayor. No agradezca, estoy en deuda con usted por haberme dado un techo para vivir. Feliz Navidad, Alastor. Le sonrió. Feliz Navidad, Mai. Apenas logró decir esas simples palabras, después de todo era un trato justo. . . . ¿Alastor? Lo llamó la joven asiática con una sonrisa angelical y curiosa al verlo ido. Escuchar su nombre le hizo reaccionar y aún manteniendo la sonrisa, respondió. Acepto la oferta, pero solo tú y yo. Fue tajante tras darle esa condición. Mai sonriente, asintió y abrazó sin permiso de él Así será. Se separó rápidamente para continuar con sus deberes. Alastor apenas correspondió de ese abrazo, no acostumbraba mucho del contacto físico. Si le permite es porque se conocieron en vida y rió al ver como la joven mujer se iba para proseguir con la limpieza del pasillo. Odio que siga convenciéndome en hacer lo que le gusta. Admitió para si mismo con un ligero ademán de despedida y una vez que perdió la silueta de la chica, continuó con su camino a la oficina. Necesitaba estar algo solo para analizar lo que acababa de ocurrir, cuando se supone que es lo que deseaba evitar.

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Un amor confuso Un día el pequeño hijo de de Ángel y Alastor pregunto como se conocieron ellos Ángel al escuchar la pregunta se quedó recordando lo que había pasado No se pierdan mi novela narrando la vida del hermoso radiodust UwU

Un amor confuso Estreno hoy a las 4:30